Su comportamiento también subraya cómo se está afirmando el nacionalismo en regiones ricas en recursos como el Océano Austral, donde los derechos de pesca, las reservas minerales y los reclamos territoriales tienen un alto valor. También podría alentar a otras naciones, como India y Arabia Saudita, a unirse a la lucha por recursos ricos y desafiar la carta del Tratado Antártico que buscaba crear una zona para la paz y la exploración científica.
El Mar de China Meridional alberga una de las biodiversidades marinas más ricas del mundo, incluidos arrecifes de coral esenciales y pesquerías que sustentan a millones de personas en todo el Sudeste Asiático. Las Islas Spratly en el Mar de China Meridional siguen siendo territorio en disputa sujeto a reclamos de China, Vietnam, Filipinas y otros. China y Vietnam también tienen reclamos en competencia relacionados con las Islas Paracelso.
El enfoque de Beijing hacia el Mar Meridional de China refleja una paradoja: si bien explota activamente los recursos de la zona –a través de actividades como la pesca a gran escala, la exploración petrolera y la construcción de islas que alteran los ecosistemas locales–, simultáneamente ha promovido esfuerzos de conservación marina, como el establecimiento de zonas protegidas. zonas y regular determinadas modalidades de pesca, para proyectar un compromiso con la sostenibilidad.
Esta estrategia dual a menudo plantea dudas sobre si las políticas de conservación son esfuerzos ambientales genuinos o iniciativas que sirven principalmente a los intereses políticos y económicos de Beijing para afirmar el control sobre la región.