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Opinión | Los puertos norteamericanos deben automatizarse o correr el riesgo de perder frente a Asia y Europa

Opinión | Los puertos norteamericanos deben automatizarse o correr el riesgo de perder frente a Asia y Europa

El comercio globalizado, el alma de las economías modernas, llegó para quedarse. Sin embargo, a medida que el comercio internacional se expande, los puertos del mundo enfrentan un desafío inevitable: sus límites físicos y operativos. Las costas adecuadas para instalaciones de aguas profundas son finitas.

Las ampliaciones, como la Terminal 2 del Roberts Bank de Vancouver, construida en terrenos ganados al mar en el estuario de un río, ponen de relieve el inmenso esfuerzo y gasto necesarios para aumentar la capacidad portuaria. Incluso si de la noche a la mañana se materializaran nuevas terminales y conexiones ferroviarias, las limitaciones de espacio disponible hacen que los puertos existentes sean indispensables, lo que otorga una influencia extraordinaria a los trabajadores portuarios.

Esta influencia, sin embargo, ha tenido un costo. Las acciones laborales han garantizado beneficios significativos para los trabajadores, pero han dejado que terceros (agricultores, mineros, fabricantes y consumidores) carguen con la carga de tales perturbaciones.

En 2014, un prolongado enfrentamiento entre el Sindicato Internacional de Estibadores y Almacenes (ILWU) y los operadores de terminales de la costa oeste de Estados Unidos dejó bienes por valor de miles de millones de dólares en el limbo, paralizando el comercio durante meses.

El año pasado, los trabajadores portuarios de Columbia Británica congelaron las operaciones en Vancouver y Prince Rupert durante una huelga de 13 días, lo que afectó envíos por valor de miles de millones de dólares. Más recientemente, huelgas de Maine a Texas en las costas este y del Golfo de Estados Unidos subrayó aún más la fragilidad de un sistema que depende del trabajo humano en momentos críticos.
Mientras tanto, puertos como Singapur y Rotterdam han adoptado la automatización, estableciendo nuevos puntos de referencia en cuanto a rendimiento y confiabilidad. Las terminales portuarias de PSA Singapur están equipadas con grúas y vehículos autónomos. Con operaciones continuas, maneja 39 millones de unidades de contenedores al año, lo que la convierte en líder mundial.

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