Pero los logros de ingeniería física de China en el lado de la oferta no han sido transferibles a los esfuerzos de ingeniería social en el lado de la demanda, especialmente para estimular la demanda de los consumidores.
La desconexión surge del sistema político chino moderno, que enfatiza la estabilidad y el control. Si bien este enfoque ha permitido al país convertirse en el principal productor del mundo, no ha logrado descubrir el ADN del consumidor chino.
La ingeniería social a través de dictados gubernamentales contrasta marcadamente con el espíritu individualista, libre y basado en incentivos que moldea el comportamiento humano y los patrones de consumo en Occidente.
La experiencia estadounidense, tal como se documenta en el famoso libro de John Kenneth Galbraith. La sociedad opulentadecodifica el ADN de una sociedad de consumo. Las características clave incluyen la movilidad ascendente de los ingresos y la riqueza, la comunicación abierta y la difusión de información, el individualismo y la libertad de elección, la disminución de la desigualdad de los estilos de vida, las transferencias de riqueza intergeneracionales y la capacidad de elegir representantes políticos. El consumismo occidental es en gran medida una propuesta aspiracional.