A medida que las piezas clave van encajando para los puestos en el gabinete del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, abundan las lecturas en hoja de té, especialmente con respecto a las decisiones de la administración entrante. halcón hacia China.
Decir que Beijing puede hacer frente al regreso de Trump con suma facilidad es sin duda una exageración. Sin embargo, hay argumentos sólidos de que China se encuentra en una mejor posición estratégica que hace cuatro años, cuando el actual presidente estadounidense Joe Biden asumió el cargo de la primera administración Trump y continuó con los aranceles y sanciones de su predecesor contra China.
Con el regreso de Trump al poder, China puede darse el lujo de ser más paciente que cuando Biden asumió el poder. puede esperar política interna en Washington para que se desarrolle y para que Trump se vuelva transaccional como un autodenominado maestro negociador.
Los republicanos han ganado el control de ambas cámaras del Congreso y de la presidencia, por lo que es probable que Trump tenga mucha libertad para cumplir muchas de sus promesas de campaña. Aun así, lo más probable es que fracase en al menos dos de sus promesas más destacadas: la deportación masiva de inmigrantes indocumentados y recortar drásticamente el tamaño del gobierno federal a través del llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental.
Está claro que Trump pretende sacudir la sociedad estadounidense hasta sus cimientos. El país alberga ahora a más de 11 millones de inmigrantes indocumentados y, con el tiempo, se han convertido en una parte indispensable de la fibra social del país. Gracias a sus esfuerzos, las ciudades estadounidenses pueden funcionar a un costo soportable. Si Tom Homan – El “zar fronterizo” de Trump – si cumple al pie de la letra las promesas del presidente electo, provocará caos en todo el país.
Mientras tanto, Elon Musk –a quien Trump ha elegido para dirigir el Departamento de Eficiencia Gubernamental junto con Vivek Ramaswamy– ha dicho que su nueva unidad podría recortar “al menos 2 billones de dólares” del presupuesto federal de 6,75 billones de dólares y que el número de agencias federales debería reducirse de más de 400 a 99 o menos.