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Oslo suma atractivo arquitectónico a la ciudad con el nuevo Museo Munch

Oslo suma atractivo arquitectónico a la ciudad con el nuevo Museo Munch

Oslo, la capital de Noruega, cuenta con un motivo más para su visita: el espectacular museo MUNCH, un edificio moderno y sostenible que encaja a la perfección con el espíritu de la ciudad nórdica.

Edvard Munch (Løten, 1893 – Oslo, 1944) es sin duda el máximo exponente artístico de Noruega. Su obra más conocida, “El grito” (1893), le convirtió en un pintor universal y en precursor y referente absoluto del movimiento expresionista. El cuadro que le convirtió en leyenda tiene una vida propia, y a su alrededor se han creado historias que trascienden al propio artista.

Oslo suma atractivo arquitectónico a la ciudad con el nuevo Museo Munch
El Grito de Edward Munch

“El grito”, del que hay varias versiones, se encuentra expuesto en el Museo Nacional de Arte, también en Oslo, que está siendo ampliado y renovado. Pero también forma parte de la extensa colección dedicada al artista en el Museo Munch, renombrado simplemente como el MUNCH.

El cuadro más famoso del pintor noruego sigue rodeado de misterio. Apenas el año pasado se descubrió por fin el origen del mensaje oculto que se encuentra en una de las versiones del cuadro, y que resultó ser obra del propio pintor, realizado con el carboncillo de un lápiz. Y todavía se sigue hablando de las veces que la pintura ha sido robada y de cómo incluso se tuvo que contar con la ayuda de un experto detective británico, al estilo James Bond, para recuperarlo. “El grito” es mucho más que una obra de arte, pero Munch es mucho más que “El grito”, y su nuevo museo es prueba de ello.

Oslo suma atractivo arquitectónico a la ciudad con el nuevo Museo Munch
Oslo, la capital de Noruega, cuenta con un motivo más para su visita: el espectacular museo MUNCH, un edificio moderno y sostenible que encaja a la perfección con el espíritu de la ciudad nórdica.

En 1963, cuando Munch hubiera cumplido 100 años, y con los beneficios que generaban los cines municipales de Oslo, se abrió el primer museo dedicado exclusivamente al artista. Un edificio en Tøyen, cuya última exhibición tuvo lugar el pasado mes de octubre.

El nuevo MUNCH es un museo vertical, con 13 plantas, que se ha construido en el frente marítimo del transformado barrio de Bjørvika, que también es hogar de otro de los edificios más representativos de Oslo: la Ópera, obra del estudio noruego Snøhetta.

Oslo suma atractivo arquitectónico a la ciudad con el nuevo Museo Munch
Oslo, la capital de Noruega, cuenta con un motivo más para su visita: el espectacular museo MUNCH, un edificio moderno y sostenible que encaja a la perfección con el espíritu de la ciudad nórdica.

Tras ganar un concurso público, el diseño del nuevo museo es obra del despacho de arquitectos madrileño Estudio Herreros, fundado por Juan Herreros y del que también es socio el alemán Jens Richter.

Entendido como un museo vertical, la forma del edificio recuerda a una pila de libros ligeramente inclinada, y tiene muy presente el entorno. Un diseño pensado para entablar un diálogo con la luz solar a lo largo del día y las diferentes estaciones del año, ofreciendo distintas visiones a los transeúntes y quienes visitan el museo. Una especie de postal en movimiento que se engloba en el movimiento arquitectónico del Passive House o casa pasiva, que aboga por la eficiencia energética y el consumo cero o casi nulo de energía. Entre otras cosas, se han instalado sistemas inteligentes de control de la temperatura y la humedad que facilitan el ahorro energético, hay ventilación natural en algunas zonas, se ha tenido en cuenta la orientación y el clima para aprovechar los elementos naturales, como el sol y el viento, y también se han utilizado ventanas de alta calidad y aluminio reciclado. Una apuesta por la sostenibilidad que era de esperar en un país como Noruega, preocupado desde hace tiempo por los problemas medioambientales, como demuestran las investigaciones en sistemas de gestión de residuos que realizan desde hace tiempo.

El MUNCH pretende ser más que un museo. A sus 11 galerías, que además de acoger la obra de Munch también contarán con trabajos de artistas modernistas y contemporáneos en diálogo con el pintor noruego, hay que añadir salas de concierto, una cafetería y un restaurante, un cine y espacios para alquilar. La colección permanente cuenta con más de 200 obras de Edvard Munch, y también está prevista la colaboración con museos de todo el mundo para recibir de manera temporal cuadros que se encuentran en otras galerías.

Con más de 26.300 m² de superficie, el complejo es uno de los museos dedicados a uno de los artistas más grandes del mundo. Desde la concepción del edificio, se ha pensado en un espacio que celebre la figura de Munch y sobre todo el arte, no solo en el campo de la pintura, sino también con la música, teatro, danza, cine y otros eventos culturales.

Written by notimundo

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