“El juez supremo Juan Carlos Checkley impone 18 meses de prisión preventiva contra el expresidente Pedro Castillo, en una investigación por rebelión (en su defecto, concierto para rebelión)”, indicó la PJ a través de su cuenta de Twitter.
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El jueves se llevó a cabo una audiencia para analizar la solicitud de la fiscalía de mantener a Castillo bajo custodia por 18 meses por los presuntos delitos de rebelión, concierto para delinquir, abuso de autoridad y atentado contra la tranquilidad pública.
La PJ admitió el pedido en todos sus extremos, al considerar que existía peligro inminente de fuga de Castillo del país.
El expresidente pidió asilo en México.
Castillo permanecerá en prisión, aún por determinar.
El miércoles 7 de diciembre, el entonces presidente Castillo intentó disolver el Congreso, argumentando que «el Legislativo ha llevado a cabo más de 16 meses de una campaña continua y obstinada de ataque implacable a la institución presidencial» y la constitución de un «Gobierno de excepción», y establecer un «gobierno de excepción».
Todas las instituciones del Estado rechazaron la medida anunciada por el entonces presidente, calificándola de quebrantamiento del orden constitucional o golpe de Estado.
Tras el intento fallido de Castillo, el Congreso lo destituyó por incapacidad moral permanente para ejercer el cargo en una sesión que ya había sido programada días antes.
Posteriormente, y por sucesión constitucional, el parlamento designó a la entonces vicepresidenta Dina Boluarte como nueva jefa de Estado.
De acuerdo con reportes de medios locales y las palabras del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el derrocado jefe de Estado, buscó asilo en la embajada de ese país tras su fallido intento de disolver el Congreso.