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Policías condenados en Argentina por delitos de odio racial

Policías condenados en Argentina por delitos de odio racial

La justicia argentina condenó este martes a nueve policías acusados ​​del asesinato de Lucas González, un adolescente de 17 años que fue acribillado a balazos a fines de noviembre de 2021 en la capital bonaerense.

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El comisionado Gabriel Isassi y los oficiales Fabián López y Juan José Nieva fueron condenados a cadena perpetua como culpables de homicidio. La condena fue por homicidio agravado cinco veces incluyendo dolo, odio racial y abuso de autoridad, según la sentencia.

Otros seis funcionarios fueron condenados a entre cuatro y ocho años por encubrimiento. Entre ellos se encontraban tres comisarios y un subcomisario, quienes recibieron penas de seis años de prisión e inhabilitación de 10 años por encubrimiento. Dos agentes fueron condenados a cuatro años por encubrimiento y ocho años por tortura, respectivamente.

De los once acusados ​​de manipulación de pruebas, cinco fueron absueltos y podrán salir de prisión de inmediato.

Lucas, que vivía en las afueras de Buenos Aires, fue baleado el 17 de noviembre de 2021, cuando regresaba de jugar un partido de fútbol en un club de la capital. Lo acompañaban tres amigos (de 19 años) que sobrevivieron al ataque. La sentencia los declaró a ellos y a sus familias víctimas de violencia institucional.

Lucas González: Condenas por homicidio cinco veces agravado con uso de arma de fuego, agresión agravada, odio racial, agresión agravada a 2 o más personas y por haber abusado de su función como miembro de una fuerza de seguridad. Otros policías condenados por encubrimiento.

El padre de Lucas, Héctor González, antes de ingresar a la sala de audiencias, dijo que los policías “los estigmatizan por ser morochos, (morenos) por venir de un barrio pobre”.

El abogado de la querellante, Gregorio Dalbón, dijo en declaraciones a la prensa que «es una sentencia histórica para la Argentina», ya que «nunca antes habíamos escuchado condenas por violencia institucional por odio racial».

Los jóvenes regresaban del club Barracas Central en el auto del padre de uno de ellos. Conducía Joaquín Gómez y se detuvieron a comprar un trago. Fueron abordados por un carro policial no identificado, y los jóvenes pensaron que eran delincuentes ya que los policías estaban vestidos de civil, por lo que se asustaron y aceleraron para escapar.

Les dispararon desde el otro coche; Lucas González recibió dos disparos en la cabeza y murió horas después en el hospital. Sus tres amigos, en tanto, fueron detenidos y torturados para que no dijeran la verdad sobre lo sucedido.

Los policías implicados buscaron y obtuvieron la complicidad de otros agentes, quienes les ayudaron a manipular la escena del crimen, colocar un arma y difundir una versión oficial culpabilizando a las víctimas. Los querellantes anunciaron que tomarán medidas contra las autoridades policiales que manipularon las investigaciones.



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Written by Redacción NM

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