¿POR QUÉ AHORA?
Khan dijo que su solicitud surge tras un «enfoque renovado» en la investigación del tribunal, que se inició en 2019.
Algunos analistas señalan que el anuncio se produce días después de que la CPI emitiera órdenes de arresto contra el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, su ex ministro de defensa y el jefe militar de Hamás.
«Hay un tufillo de conveniencia política en la decisión del fiscal, al utilizar a los rohingya para parecer equilibrados», dijo el analista independiente de Myanmar David Mathieson.
El presidente ruso, Vladimir Putin, un aliado de la junta militar, se encuentra bajo orden de arresto de la CPI desde marzo de 2023.
¿SERÁ ARRESTADO MIN AUNG HLAING?
Si se concede la orden, los 124 miembros de la CPI están obligados a arrestar al jefe de la junta si viaja a su país.
La junta afirma que «las declaraciones de la CPI nunca han sido reconocidas» por Myanmar, que no es miembro.
El general visitó Indonesia para una cumbre regional poco después del golpe, pero hoy en día rara vez se aventura al extranjero.
Desde entonces, sus únicos viajes al extranjero reportados han sido a aliados cercanos y proveedores de armas, China y Rusia, ninguno de los cuales es miembro de la CPI.
Una orden de la CPI en Rusia puede verse como una insignia de honor, dijo Richard Horsey del International Crisis Group.
«Con Putin en particular, podría aumentar su camaradería».
¿QUÉ SIGNIFICARÁ PARA MYANMAR?
«Los rohingya estaban esperando esto», dijo Senoara Khatun, maestra de escuela comunitaria en un campo de refugiados en Bangladesh.
«Espero que todos los criminales sean llevados ante la CPI ante la justicia conforme a la ley».
Mientras la junta luchaba por aplastar la resistencia a su gobierno, grupos de derechos humanos dicen que arrasó aldeas, llevó a cabo ejecuciones extrajudiciales y utilizó aviones de ataque y artillería para bombardear comunidades sospechosas de ser opositoras.
Cualquier orden judicial «casi con toda seguridad no alterará el comportamiento de sus fuerzas en el terreno», afirmó Horsey.
Según Mathieson, tal decisión podría tener el efecto de «elevar su estima entre los que odian a los rohingya y los nacionalistas incondicionales».
«También supone un frío consuelo para el resto de Myanmar, donde cada día se perpetran crímenes atroces y abunda la impunidad», afirmó.
«La rendición de cuentas internacional es lenta».