Naim Qassem ha sido el jefe interino de Hezbollah desde que su antiguo líder Hassan Nasrallah fue asesinado como parte de una ofensiva israelí que eliminó a muchos de los altos funcionarios del grupo militante libanés.
Qassem pronunció un desafiante discurso televisado el martes, afirmando que las capacidades militares del grupo están intactas y que los israelíes sólo sufrirán más a medida que continúen los combates.
Al igual que Nasrallah, Qassem es uno de los miembros fundadores del partido político y grupo armado chií, pero se considera que carece del carisma y las habilidades de oratoria del ex líder.
Aún así, el clérigo con turbante blanco y barba gris ha sido a menudo la cara pública del grupo. Después de que Nasrallah pasó a la clandestinidad por temor a ser asesinado por Israel y apareció sólo en discursos televisados, Qassem continuó apareciendo en mítines y ceremonias, y ha concedido entrevistas a periodistas extranjeros.
Mohanad Hage Ali, investigador principal del centro de estudios Carnegie Middle East Center que investiga a Hezbollah, dijo que muchos perciben a Qassem como “más extremo” que Nasrallah, al menos en sus declaraciones públicas.