El presidente iraní, Ebrahim Raisi, ha dicho que los enemigos de los musulmanes, sobre todo Israel, se oponen a las crecientes relaciones entre Irán y Arabia Saudita. reportado medios estatales.
Raisi hizo los comentarios durante una reunión de alto nivel ayer en Teherán, a la que asistió el ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, Faisal bin Farhan Al-Saud. El presidente iraní señaló que muchas naciones musulmanas han acogido con satisfacción la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Teherán y Riad.
“Solo los adversarios de los musulmanes, sobre todo el régimen sionista, están molestos con la mejora de la cooperación entre Irán y Arabia Saudita”, afirmó Raisi.
Agregando que: «El régimen sionista no es solo un enemigo de los palestinos sino una amenaza para todos los musulmanes».
Hablando de la temporada actual del Hajj y la presencia de musulmanes de todo el mundo en la ciudad santa de La Meca, Raisi también enfatizó la importancia de promover la cooperación entre Teherán y Riad basada en los principios islámicos.
OPINIÓN: Después de los Acuerdos de Abraham, los enemigos de Israel se están reconciliando con sus rivales
Por su parte, Bin Farhan dijo que «estamos en una etapa dorada que debemos apreciar, y la cooperación con la República Islámica de Irán brinda la oportunidad de beneficiar a ambas partes y a la región».
Sin embargo, aunque él descrito las conversaciones como «positivas», el principal diplomático saudí también «enfatizó la necesidad de no interferir en los asuntos internos».
Los dos rivales regionales restablecieron relaciones diplomáticas como parte de un acuerdo negociado por China a fines de marzo, luego de años de tensiones geopolíticas y conflictos de poder. La visita del ministro de Asuntos Exteriores saudí a la República Islámica es el último acontecimiento antes de la inminente reapertura de la embajada saudí en el país.
Riad rompió los lazos con Teherán en 2016 después de que su embajada en Teherán y su consulado en la ciudad noroccidental de Mashhad fueran asaltados por manifestantes por la controvertida ejecución en el reino del clérigo chiíta Nimr Al-Nimr.