Guatemala está en el en medio de una crisis democrática tan grave que podría impedir que el nuevo presidente asuma el cargo, como estaba previsto, el 14 de enero de 2024.
El 8 de diciembre de 2023, los fiscales y el Congreso de Guatemala pidió la nulidad de los resultados electorales. Unas semanas antes, la fiscalía general de Guatemala trató de eliminar Inmunidad procesal del presidente electo Bernardo Arévalo. El fiscal general alegó que el político de centro izquierda, que ganó las elecciones con una fórmula anticorrupción, realizó publicaciones en las redes sociales en 2022 que animaban a los estudiantes a ocupar la universidad pública del país. En un intento sin precedentes por impedirle asumir el poder, los funcionarios acusaron a Arévalo de complicidad en la toma de la universidad, asociación ilícita y daño al patrimonio cultural del país.
Durante las elecciones presidenciales de septiembre, el Ministerio Público allanaron oficinas electorales. Estas acciones “parecen estar diseñadas para anular la voluntad del electorado y erosionar el proceso democrático”. concluyó la Organización de Estados Americanos, grupo que representa a 35 países de la región y promueve los derechos humanos, elecciones justas, seguridad y desarrollo económico.
Estos acontecimientos se producen tras un retroceso democrático en Guatemala que se produce desde 2019, cuando el gobierno expulsaron a una comisión anticorrupción respaldado por las Naciones Unidas.
Mientras tanto, los guatemaltecos comunes y corrientes están hartos de la corrupción rampante y la interferencia electoral. El 2 de octubre de 2023, miles de manifestantes llenaron las calles de la Ciudad de Guatemala y bloquearon más de 100 caminos y carreteras para exigir respeto a las elecciones. Los manifestantes representaban un amplia sección transversal de la sociedad urbana y rural, incluidas las comunidades mayas y no indígenas.
Como profesor de historia que estudia movimientos sociales en america latina, Veo el actual clima de protesta como parte de una larga historia de inestabilidad y movilización política en Guatemala. Como en el pasado, estas acciones antidemocráticas probablemente llevarán a más guatemaltecos a migrar a Estados Unidos.
Guerra civil y cleptocracia
El pasado reciente de Guatemala está marcado por violentos disturbios políticos y activismo.
Entre 1960 y 1996, el país sufrió una sangriento conflicto armado entre los insurgentes de izquierda y el ejército. Acerca de 200.000 guatemaltecos fueron asesinados – la mayoría de ellos de la población indígena maya.
El enfrentamiento armado, que tuvo sus raíces en conflictos territoriales y oposición a la dictadura militarllevó a movilización masiva a favor de condiciones de trabajo justas y un gobierno democrático.
La democracia de Guatemala en los años posteriores a 1996 estuvo marcada por políticas neoliberales que favorecía la economía de libre mercado y la privatización. También vio el surgimiento de un grupo de políticos arribistas que, en palabras del periodista encarcelado Rubén Zamoracreo un «cleptocracia.” Este sistema dependía de corruptos. tratos politicosnutrido actividad criminal y perpetuado altos niveles de pobreza.
Los guatemaltecos han adoptado una postura activa –quizás incluso activista– hacia la cleptocracia.
En 2015, ellos salieron a las calles en masa para protestar contra la corrupción gubernamental. Su movilización reforzó las acciones de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemalao CICIG, un organismo respaldado por la ONU encargado de investigar y procesar delitos y fortalecer el sistema judicial de Guatemala.
La investigación de la comisión condujo al procesamiento de funcionarios guatemaltecos por corrupción, incluido el ex presidente. Otto Pérez Molina y ex vicepresidente Roxana Baldetti. Sin embargo, el gobierno expulsó a la CICIG en 2019. En respuesta, el público guatemalteco acusó a las élites políticas, burócratas de alto rango y líderes empresariales de formar un “pacto de corruptos”para frustrar la lucha contra la corrupción.
La sorprendente victoria del candidato anticorrupción
Las elecciones generales de 2023 en Guatemala se llevaron a cabo en medio de este frágil clima político.
En las semanas previas al día de las elecciones, el tribunal constitucional, sobre lo que los críticos dicen eran motivos cuestionables, descalificaron a dos outsiders políticos en ascenso: Thelma Cabreraun candidato indígena de izquierda, y Carlos Pinedaun empresario conservador y populista que consiguió un gran número de seguidores en las redes sociales.
Esta intromisión judicial en el proceso electoral, sin embargo, abrió el camino para que otro outsider político, Bernardo Arévalo del centro izquierda Partido Movimiento Semilla. Un número cada vez mayor de guatemaltecos, incluidos votantes jóvenes, veían a Arévalo y su plataforma anticorrupción como alternativa a candidatos del establishment como la ex primera dama Sandra Torresque lideró la mayoría de las encuestas en las semanas previas a las elecciones.
Los resultados de las elecciones envió ondas de choque a través del sistema político. Arévalo recibió el 11,8% del voto general, sólo superado por el 15,9% de Torres. Como ningún candidato obtuvo la mayoría, se llevó a cabo una segunda vuelta el 20 de agosto. Arévalo ganó cómodamente con 58% de los votos comparado con el 37% de Torres.
Arévalo es no es un neófito político. Se ha desempeñado como diplomático y actualmente ocupa un escaño en el Congreso. También es hijo de Juan José Arévaloel primer presidente del país elegido democráticamente.
Los guatemaltecos salen a las calles
Después de las elecciones, las élites políticas, incluidos miembros del partido Unidad Nacional de la Esperanza de Torres y del partido Vamos del presidente Alejandro Giammattei, alegaron: incorrectamenteResultó que el software electoral había favorecido la candidatura de Arévalo. Intentaron detener los resultados de hacerse oficial.
Más en consecuencia, el Ministerio Público, encabezado por la Fiscal General Consuelo Porras, acusó al partido de Arévalo de usando firmas falsas durante su proceso de registro. Sostuvo que hasta 100 de las 25.000 firmas necesarias para el registro eran falsificadas. El 21 de julio, un mes antes de la segunda vuelta, funcionarios del Ministerio Público allanó la sede del Movimiento Semilla y pidió a un juez suspender la fiesta.
A pesar de la contundente victoria de Arévalo el 20 de agosto, el Ministerio Público siguió intentando suspender a su partido. El 29 de septiembre, tomó la acción sin precedentes de Allanando las oficinas del Tribunal Supremo Electoralla máxima autoridad electoral.
Disgustados por esta intromisión en el proceso electoral y temerosos por la perspectiva de un golpe, Los guatemaltecos salieron a las calles. Las protestas que comenzaron el 2 de octubre paralizó al país durante más de 10 días y unió a la población urbana y rural.
Haciéndose eco de una antigua historia del activismo indígena En Guatemala, destacados grupos indígenas como los Comité Campesino para el Desarrollo y el 48 Cantones de Totonicapán jugó un papel vital en las protestas. Los pueblos indígenas, que constituyen casi la mitad de la población de Guatemala, enfrentan altas tasas de pobreza, pobre acceso a la atención médica y la degradación ambiental de sus tierras causada por proyectos mineros e hidroeléctricos.
Para muchos votantes indígenas, la interferencia electoral puso de relieve la relación entre la corrupción gubernamental y su desigualdad socioeconómica. El papel central de las comunidades indígenas en las protestas señaló un nuevo movimiento de base con el potencial de replicar el coaliciones multirraciales y multiclasistas que había surgido durante el conflicto armado de los años 1970.
Impulsor clave de la migración
funcionarios estadounidenses y agencias informan que la corrupción política en Guatemala es un causa fundamental de la migración. En 2023, la Patrulla Fronteriza de EE. UU. detuvo a más de 200.000 Guatemaltecos intentando cruzar la frontera entre Estados Unidos y México.
Los propios guatemaltecos entienden muy bien cómo la cleptocracia refuerza los males sociales del país. Se dan cuenta de que un retroceso democrático no sólo puede impedir que Arévalo asuma la presidencia, sino que también puede privar a sus comunidades de los recursos necesarios para fortalecer la atención médica, mejorar la educación, Crear trabajos, reducir la desnutrición y luchar contra el cambio climático. Sin estas mejoras, muchos continuar migrandoa pesar de los muchos peligros que conlleva hacerlo.