miércoles, noviembre 20, 2024

Silenciar las armas, no los pájaros: la UE y Colombia en una misión para hacer la «paz con la naturaleza»

En este episodio de The Road to Green, viajamos a Colombia, anfitrión de la conferencia COP16 sobre biodiversidad y socio de Europa en los esfuerzos por lograr la paz y restaurar la naturaleza.

El Parque Natural Bahía Málaga, ubicado en la costa del Pacífico colombiano, alberga una de las áreas de biodiversidad más ricas del mundo. En esta gran bahía se han identificado alrededor de 1.400 especies, donde las tortugas nadan junto a las ballenas que vienen a reproducirse cada año.

‘Nuestros antepasados ​​siempre nos dijeron que nuestro deber era preservar esta tierra y dejarla en buen estado para las generaciones futuras’, explica Miller Valencia, vecino de La Plata, mientras nos lleva en barco a la isla donde vive esta comunidad de gente de Los afrodescendientes han vivido durante más de 300 años.

La comunidad es famosa por sus pescadoras que capturan piangua, un marisco muy apreciado en Colombia. Las mujeres de la comunidad se abren paso hábilmente a través de los densos manglares y sumergen sus manos en el barro durante la marea baja para cosechar este preciado marisco.

Un modelo de pesca sostenible

Pero esta antigua actividad está amenazada. ‘Nuestros abuelos pescaban 200 docenas de pianguas en dos o tres horas. Hoy en día sólo pescamos 20 docenas como máximo. Eso es mucho menos”, explica Rosa, miembro de la asociación de pescadores Raíces Piangüeras.

Utilizando un piangómetro, mide los mariscos para asegurarse de que solo se eliminen los ejemplares adultos que ya se han reproducido. Pero Rosa explica que los habitantes de otras regiones no son tan cuidadosos.

‘Recogen todos los mariscos, grandes y pequeños. Si ya no son capaces de reproducirse, significa que se agotarán los suministros”, afirma Rosa, quien cree que “este recurso natural nos permitirá vivir durante mucho tiempo, si lo cuidamos”.

La Unión Europea está apoyando a estas mujeres (conocidas como ‘piangueras’) a través de su programa de desarrollo sostenible local, que involucra a las comunidades indígenas y afrocolombianas en la gestión de los esfuerzos de conservación.

El proyecto contempla desarrollar la cadena de valor de la piangua para que pueda ser procesada y envasada localmente y vendida a mejor precio. En la actualidad, el marisco se vende principalmente a un comerciante que lo exporta a bajo precio a Ecuador.

Las oportunidades del turismo sostenible

Otro de los objetivos de la asociación ha sido crear una ‘ruta de la piangua’ para convertir el marisco en un atractivo turístico. Se han habilitado casas indígenas para alojar a turistas, con el respaldo del consejo comunitario, lo que ha hecho de la preservación de la naturaleza un requisito previo para cualquier actividad económica.

‘La idea es permitir a los turistas experimentar la cultura de la comunidad negra local. Pueden aprender a pescar, a recolectar pingua, para que podamos promover nuestras prácticas ancestrales’, explica Santiago Valencia, líder del consejo comunitario de La Plata.

No queremos que el turismo dicte lo que sucede en la zona, sino que lo vemos como un medio para ayudar a otros a conocernos tal como somos», añade.

En su lucha por proteger la naturaleza, la comunidad también recibe el apoyo de ONG como WWF y de universidades. Otros proyectos incluyen contar y observar animales salvajes como tortugas y leopardos.

Paz con la naturaleza

La paz con la naturaleza fue el tema de la conferencia COP16 sobre biodiversidad, celebrada en Cali del 21 de octubre al 2 de noviembre.

Uno de los principales avances fue la inclusión de los pueblos indígenas y las comunidades locales en el Marco Mundial de Biodiversidad (GBF) Kunming-Montreal, mediante la creación de un organismo subsidiario.

«Necesitamos reconocer el papel de los pueblos indígenas y las comunidades locales, porque nos enseñan cómo hacer las cosas mejor», dijo a Euronews Florika Fink-Hooijer, directora general del Departamento de Medio Ambiente de la Comisión Europea.

Entienden y respetan la naturaleza, mientras que nosotros la damos por sentado. La Unión Europea financia proyectos que los apoyan en este papel, porque también son defensores de la naturaleza, lo que puede ser una posición arriesgada», añadió.

Las negociaciones internacionales en la COP16 también llevaron a avances en la implementación del GBF por parte de los estados firmantes. Se pospusieron decisiones importantes sobre el financiamiento de la biodiversidad hasta la COP17, que tendrá lugar en Ereván, Armenia, en 2026.

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