Donald Trump prestó juramento como el 47º presidente de los Estados Unidos en una ceremonia celebrada en el Capitolio de los Estados Unidos el 20 de enero.
El vicepresidente JD Vance prestó juramento junto al presidente.
Trump asume el cargo cuando la guerra en Ucrania entra en su tercer año. Si bien Trump inicialmente prometió poner fin a la guerra en 24 horas, su equipo luego revisó el cronograma a 100 días, citando los intrincados desafíos de resolver el conflicto.
Ucrania sigue siendo cautelosa respecto de la administración entrante, ya que los comentarios anteriores de Trump sobre la OTAN y sus supuestas simpatías hacia el presidente ruso Vladimir Putin generan preocupaciones sobre posibles compromisos desfavorables para Kiev.
Durante su primera reunión con el presidente Volodymyr Zelensky en diciembre, Trump reconoció el deseo de Ucrania de un alto el fuego, pero evitó discutir detalles específicos.
Trump ha prometido reunirse con Putin «muy rápidamente» y ha encargado a sus asistentes que organicen una llamada. Según CNN, las discusiones para una reunión cara a cara están en curso.
Desde su victoria electoral el 5 de noviembre, Trump y su administración han enviado señales contradictorias sobre su enfoque hacia la paz. Las elecciones de seguridad nacional de Trump ilustran una variedad de perspectivas sobre la guerra de Rusia contra Ucrania.
Tulsi Gabbard, nominada para directora de inteligencia nacional, se ha opuesto al apoyo de Estados Unidos a Ucrania y enfrentó críticas por hacerse eco de las narrativas rusas.
Michael Waltz, el probable asesor de seguridad nacional, y Marco Rubio, el candidato a secretario de Estado, son considerados halcones con respecto a Rusia.
El candidato a Secretario de Defensa, Peter Hegseth, un aislacionista, se retractó durante las audiencias de confirmación de llamados anteriores para reducir la participación de Estados Unidos en la OTAN, enfatizando la importancia de la alianza.
El candidato a enviado especial para Ucrania y Rusia, Keith Kellogg, es coautor de un borrador de plan de paz que involucra una línea de frente congelada, un retraso en la membresía de Ucrania en la OTAN y fuerzas de paz europeas en Ucrania.
Según se informa, el plan también propone la continuación de la ayuda militar estadounidense y garantías de seguridad para Kiev, aunque levanta parcialmente las sanciones a Rusia. Kellogg insiste en que las propuestas apuntan a «salvar a Ucrania y su soberanía», no a apaciguar a Rusia.
Moscú ha desestimado las señales de Trump calificándolas de «informadas» y reiteró las demandas de concesiones territoriales de Ucrania y su exclusión de la OTAN.
Putin ha expresado su voluntad de dialogar, aunque mantiene su insistencia en los términos de Rusia, incluido el control total de cuatro regiones ucranianas.
Trump ha instado a los líderes europeos a asumir un papel más activo para disuadir la agresión rusa, incluido el despliegue de fuerzas de paz y presionando a China para que influya en Rusia a través de medidas comerciales.
Funcionarios cercanos a Trump sostienen que la ayuda militar estadounidense a Ucrania persistirá, centrándose en empoderar a Kiev para negociar desde una posición de fuerza.