El comité bipartidista encargado de promover la democracia y los derechos humanos en los estados postsoviéticos está instando a Estados Unidos a abandonar su enfoque posterior a la Guerra Fría hacia Rusia y reconocer oficialmente a Moscú como una amenaza «persistente» a la seguridad global.
en un informe obtenido por La Colina Antes de su publicación, la Comisión de Helsinki pide un cambio importante en la estrategia de Washington hacia Rusia, similar a su reciente replanteamiento de las relaciones con China, y recomienda asignar recursos en consecuencia.
Un elemento clave de la estrategia propuesta es garantizar la victoria de Ucrania en su guerra contra Rusia. El informe aboga por una ayuda militar y humanitaria «masiva» para Kiev y apoya que se permita a las fuerzas ucranianas atacar objetivos en el interior de Rusia utilizando armas suministradas por Estados Unidos.
Estas recomendaciones van más allá de los compromisos actuales de la administración Biden con Ucrania y entran en conflicto con las opiniones del expresidente Trump, el candidato presidencial republicano y sus aliados en el Congreso. Trump ha argumentado que Estados Unidos está gastando demasiado en seguridad europea y ha hecho campaña para negociar un acuerdo entre Ucrania y Rusia a través de conversaciones directas con sus líderes, incluido el presidente ruso Vladimir Putin.
El informe de la Comisión de Helsinki recomienda que las amenazas nucleares de Rusia «no pueden simplemente descartarse», sino que deben contrarrestarse con un «razonamiento sólido».
«No podemos permitir que el miedo domine nuestra forma de pensar sobre este tipo de cosas», dijo un asistente del Congreso, explicando el llamado del informe a un plan claro para abordar y responder a posibles amenazas y ataques nucleares.
El informe también aboga por un cambio en la forma en que Washington ve a Rusia, instando a los responsables políticos a dejar de tratar al país como una superpotencia o casi un par de Estados Unidos únicamente por su arsenal nuclear.
El informe enfatiza la necesidad de que Estados Unidos se comprometa plenamente con sus aliados globales, particularmente aquellos que se encuentran en la primera línea de la agresión, manipulación y coerción rusa. Esta postura contradice la creciente tendencia al aislacionismo, especialmente dentro del Partido Republicano.