ISLAMABAD: El lunes (1 de abril) un tribunal superior de Pakistán suspendió las sentencias de 14 años de prisión por corrupción del ex primer ministro encarcelado Imran Khan y su esposa, dijo su partido.
Khan se ha visto envuelto en más de 200 casos legales desde que fue derrocado en abril de 2022, en lo que dijo que era una campaña para mantenerlo del poder.
Khan, de 71 años, sigue encarcelado por otros dos casos, incluidos traición y matrimonio ilegal, con sentencias que se extienden hasta una década.
Un portavoz de su partido Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI) dijo que el Tribunal Superior de Islamabad anuló las sentencias impuestas a ambos por un tribunal anticorrupción por vender obsequios estatales, y que estaba pendiente una apelación contra sus condenas.
El tribunal de primera instancia dio «acceso limitado a los abogados, pero también tomó la decisión apresuradamente sin permitir que la defensa concluyera sus argumentos», dijo el portavoz Ahmed Janjua.
Khan ya estaba encarcelado y se le prohibió presentarse como candidato cuando recibió tres sentencias en los días previos a las elecciones generales del 8 de febrero en Pakistán.
Su esposa Bushra Bibi también fue sentenciada por corrupción y un matrimonio que, según los tribunales, se produjo demasiado rápido después de su divorcio, en violación de la ley islámica.
Los analistas dijeron que era un intento de sellar la exclusión del ex primer ministro y su partido PTI de las elecciones, que se vieron empañadas por acusaciones generalizadas de manipulación tanto antes como después de la votación.
A pesar de la represión de los arrestos y la censura, los candidatos leales a Khan obtuvieron más escaños que cualquier otro partido, pero no alcanzaron la mayoría necesaria para gobernar.
Una coalición de partidos con estrechos vínculos con el poderoso establishment militar de Pakistán ha tomado el poder, encabezada por el Primer Ministro Shehbaz Sharif.
Khan llegó al poder con el apoyo de los altos mandos en 2018, pero se vio obligado a dimitir por un voto de censura cuatro años después, tras una dramática disputa.
Como líder de la oposición, libró una campaña de desafío contra los militares, haciendo afirmaciones incendiarias de que conspiraban con Estados Unidos para derrocarlo y planeaban un intento de asesinato que lo hirió.
Los analistas dicen que el ejército –que ha gobernado directamente Pakistán durante décadas de su historia y continúa ejerciendo un inmenso poder entre bastidores– intentó excluirlo de la política civil como represalia.
La semana pasada, seis jueces superiores del Tribunal Superior de Islamabad acusaron a las agencias de espionaje (la más poderosa de las cuales está dirigida por militares) de coaccionarlas en casos, incluido uno relacionado con Khan.
El gobierno se ha comprometido a investigar las denuncias de los magistrados, quienes afirman haber sido intimidados y vigilados por agentes de inteligencia.