El Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó el martes que las autoridades de Grecia violaron los derechos de privacidad de un grupo de mujeres que fueron arrestadas e identificadas públicamente en 2012 como trabajadoras sexuales seropositivas que supuestamente ponía en peligro la salud pública.
Varias de las mujeres identificadas en público han muerto desde el caso original de 2012.
El caso fue llevado al tribunal de Estrasburgo, Francia, por 11 mujeres griegas, 10 de las cuales habían sido arrestadas y acusadas de intentar intencionalmente infligir daños corporales graves al supuestamente tener relaciones sexuales sin protección con clientes.
La undécima mujer no era en realidad una trabajadora sexual, pero fue identificada como tal después de ser confundida con su hermana. Desde entonces, cinco de los peticionarios originales del caso han muerto.
El tribunal determinó que las autoridades griegas habían violado la privacidad de dos mujeres al someterlas por la fuerza a análisis de sangre, y de cuatro de ellas al publicar sus datos personales. Concedió una indemnización total de 70.000 euros.
«La información difundida se refería a la situación seropositiva de los demandantes, cuya revelación podía afectar dramáticamente a su vida privada y familiar, así como a su situación social y laboral, ya que su naturaleza los exponía al oprobio y al riesgo de ostracismo», dijo el tribunal en un comunicado de prensa sobre el fallo.
El fiscal que ordenó la publicación de los datos personales de las mujeres «no había examinado… si se podrían haber tomado otras medidas capaces de garantizar un menor grado de exposición a las demandantes», añadió.
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En el período previo a las elecciones griegas de 2012, el entonces ministro de salud del país, Andreas Loverdos, defendió una ofensiva contra los burdeles sin licencia tras un aumento en los casos de VIH reportados. Había advertido sobre un aumento en la incidencia de clientes que mantienen relaciones sexuales sin protección con prostitutas por una tarifa adicional.
La prostitución es legal en Grecia y las trabajadoras sexuales deben someterse a controles médicos periódicos.
Como parte de la represión, detuvieron a mujeres en burdeles y calles ilegales y las obligaron a someterse a pruebas de VIH en comisarías de policía.
Se presentaron cargos penales contra más de 30 mujeres, y las autoridades publicaron los datos personales, fotografías y estado serológico de la mayoría de ellas, junto con la acusación de que habían puesto en peligro deliberadamente a sus clientes al tener relaciones sexuales sin condones.
Varias de las mujeres involucradas han muerto desde entonces, incluida una que, según informes, se quitó la vida.