Un tribunal de Moscú dictaminó el 19 de diciembre colocar al sospechoso del asesinato del general Igor Kirillov en prisión preventiva durante dos meses. El tribunal anunció la decisión en su canal Telegram.
El sospechoso, originario de Uzbekistán, se enfrenta a cargos de cometer un acto terrorista con resultado de muerte, según un aviso en el sitio web del tribunal.
El 18 de diciembre, las fuerzas de seguridad rusas detuvieron a dos sospechosos del asesinato de un alto general del Kremlin y su asistente en Moscú. Kirillov fue asesinado en Moscú el 17 de diciembre, con una bomba colocada en un scooter. El Servicio de seguridad de Ucrania (SBU) se atribuyó la responsabilidad del ataque.
Kirillov, de 54 años, se desempeñó como jefe de la unidad de defensa biológica, química y radiológica de las Fuerzas Armadas rusas.
Un día antes de su asesinato, los fiscales ucranianos lo acusaron en rebeldía de desplegar armas químicas prohibidas durante la invasión rusa a gran escala de Ucrania.
Una investigación independiente de Kiev publicada en agosto reveló que las fuerzas rusas han utilizado cada vez más ataques con gas contra las tropas ucranianas. La participación de Kirillov en estas operaciones provocó sanciones tanto del Reino Unido como de Canadá.
En declaraciones al Kyiv Independent el 17 de diciembre, una fuente del SBU de Ucrania describió a Kirillov como un criminal de guerra y un «objetivo completamente legítimo», mientras daba órdenes de utilizar armas químicas prohibidas contra soldados ucranianos.