KOH CHANG, Tailandia: Cuando un barco de cola larga llega a un pueblo de pescadores en la isla de Koh Chang, en el sur de Tailandia, los residentes se reúnen para vender sus productos, no mariscos, sino plástico.
Los aldeanos, miembros del pueblo seminómada Moken, están vendiendo a Tide, una nueva empresa que intenta crear nuevo valor a partir del plástico viejo recolectado en el mar o cerca de él.
Los recicladores llevan mucho tiempo recogiendo parte de los más de 6 millones de toneladas de plástico que, según estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, llegan al océano cada año.
Pero Tide trabaja directamente con todos en el proceso, desde los coleccionistas de remotos pueblos pesqueros tailandeses hasta los fabricantes de alfombras en los Países Bajos.
Su plástico es rastreable y está certificado como «con destino al océano», un proceso que implica auditorías anuales por parte de una ONG.
Se procesa utilizando un método que, según Tide, da como resultado un producto reciclado de calidad comparable al plástico virgen.
«Estamos convencidos de que hay plástico más que suficiente en nuestro mundo y deberíamos aprovechar el que ya existe», afirmó Marc Krebs, cofundador de la empresa suiza.
En Koh Chang, a 30 minutos en lancha rápida desde la tranquila ciudad sureña de Ranong, la llegada del barco Tide provoca una oleada de actividad.
Mimi, de 65 años, ha sacado varios viejos sacos de arroz llenos de botellas que se unen a un creciente montón de redes de pesca rotas, cuerdas viejas y bidones desechados.
«Cuanto más recolecto, más llega. No puedo recogerlo todo», dijo a la AFP, evitando dar el nombre de su familia.
Los aldeanos viven a lo largo de la playa en destartaladas casas de madera sobre pilotes.
Debajo, la marca de la marea alta es clara: detrás hay una alfombra de basura, desde cajas de poliestireno y chanclas hasta vasos para llevar y paquetes de patatas fritas.
Sólo una pequeña porción es comercialmente viable para el reciclaje. Tide compra seis categorías, incluidas redes de pesca y tipos comunes de botellas de plástico (PET) y cartones (HDPE).
«Cada día tenemos muchos productos que no podemos vender ni reciclar, y estoy seguro de que hay muchos más en el océano», dijo a la AFP el director de operaciones de Tide en Tailandia, Nirattisai Ponputi.