sábado, enero 18, 2025

Una organización benéfica mundial pide el fin de los incentivos de la UE para los biocombustibles basados ​​en cultivos

Oxfam sostiene que, a pesar de los límites introducidos en los últimos años, la UE sigue impulsando la demanda de cultivos alimentarios y tierras para destinarlas a la producción de combustible, pero la industria de los biocombustibles sigue insistiendo en que son parte de la solución al cambio climático.

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La continua dependencia de los gobiernos de los biocombustibles basados ​​en cultivos para cumplir los objetivos europeos de reducción de gases de efecto invernadero está exacerbando la inseguridad alimentaria mundial y la volatilidad de los precios, sostiene Oxfam, al tiempo que pide el fin de los incentivos políticos para finales de la década.

Aunque la UE inició una política de promoción del uso de biocombustibles en 2003, las preocupaciones sobre su impacto en el uso de la tierra y la seguridad alimentaria han hecho que la proporción de biocombustibles basados ​​en cultivos o de «primera generación» utilizados en el sector del transporte se limite a un punto porcentual de los niveles utilizados en 2020 en un estado miembro determinado, con un máximo del 7%.

Pero el grupo de campaña global con sede en el Reino Unido destacó en un informe esta semana que, si bien el límite sigue vigente, los productos basados ​​en cultivos aún representan la mayor parte (60% en 2021) de los biocombustibles utilizados en el transporte, y se prevé que los volúmenes aumenten a medida que los gobiernos se esfuerzan por cumplir un objetivo de energía verde del 29% para el sector para 2030.

La autora del informe, Julie Bos, asesora de políticas de justicia climática de la UE de Oxfam, cree que la tercera revisión de la Directiva de Energías Renovables (RED) del año pasado fue una oportunidad perdida para poner fin a los impactos negativos en la seguridad alimentaria, social y ambiental de la demanda de biocombustibles impulsada por las políticas europeas.

La última actualización de las normas ofrece a los países de la UE la opción de reducir unilateralmente el límite a los biocombustibles basados ​​en cultivos, pero –tal vez por no querer tomar una ruta más difícil para cumplir el objetivo legalmente vinculante y, como afirma Oxfam, bajo presión de los grupos de presión de la industria– muy pocos han optado por hacerlo.

“La UE tuvo la oportunidad de cambiar las normas sobre biocombustibles para eliminar los biocombustibles basados ​​en cultivos”, dijo Bos a Euronews. “En cambio, optaron por redoblar los esfuerzos para lograr una solución climática falsa”.

Oxfam cita investigaciones que sugieren que los biocombustibles tienen poco o ningún beneficio climático neto cuando se tienen en cuenta factores como la producción, la distribución y el cambio de uso de la tierra (como la deforestación).

Además, sostiene que la demanda de biocombustibles impulsada por mandatos políticos exacerba la volatilidad en los mercados alimentarios mundiales y contribuyó a un aumento en el precio del aceite vegetal tras la invasión rusa de Ucrania.

Bos sostiene que, dado que los gobiernos tienen hasta el año próximo para incorporar la última versión de la RED a sus leyes nacionales, todavía existe una ventana de oportunidad para cambiar de rumbo.

“Pueden eliminar gradualmente los biocombustibles basados ​​en cultivos, limitar el uso de biocombustibles avanzados e insostenibles y centrar su atención en la reducción de la demanda energética, además de invertir en transporte público y automóviles eléctricos”, afirmó Bos.

“Este es también el momento de reforzar los criterios de sostenibilidad, la protección de los derechos humanos y la presentación de informes”, añadió, señalando que las nuevas normas de la UE sobre cadenas de suministro sostenibles tendrían poco impacto en el mercado debido a las exenciones para todas las empresas, excepto las más grandes.

En 2020, la producción europea de biocombustibles había aumentado hasta los 20.000 millones de litros al año, de los cuales tres cuartas partes eran biodiésel y el resto bioetanol. Los grupos comerciales que representan a los fabricantes de estos combustibles desestimaron las preocupaciones planteadas en el informe de Oxfam.

Xavier Noyon, secretario general del Comité Europeo del Biodiésel, afirmó que el biodiésel es una “solución de transición asequible y eficaz hacia un transporte neutro en carbono” que representa el 90% de la energía renovable utilizada en el sector del transporte de la UE en la actualidad.

Señaló que el uso general de energía renovable en el transporte se sitúa hoy en el 9,6%, muy por debajo del 29% que debe alcanzarse a finales de la década.

“¿Cómo se puede lograr esto sin biocombustibles, incluidos los biocombustibles sostenibles basados ​​en cultivos que cumplan con los requisitos de la RED?”, preguntó Noyon. “Si nos tomamos en serio nuestros compromisos climáticos, se deben fomentar los biocombustibles”.

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Del mismo modo, David Carpintero, director general de ePURE, la asociación europea de etanol renovable, dijo que prohibir los biocombustibles basados ​​en cultivos sería “un desastre” para los esfuerzos de la UE por eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte.

En una energía renovable de 2020 informe de progresoLa Comisión Europea señaló que en 2018 se necesitaron 7,4 millones de hectáreas de tierra para la producción de cultivos para el consumo de biocombustibles de la UE, un área más grande que Irlanda, de la cual poco más de la mitad estaba fuera del bloque.

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