Sólo el 18 por ciento de los organismos públicos implementaron programas de capacitación específicos, lo que redujo significativamente las oportunidades de acceso y ascenso.
Este miércoles, un informe oficial afirmó que el racismo estructural persiste en Uruguay pese a 10 años de vigencia de la Ley 19.122, que busca promover la participación de las personas afrodescendientes en la educación y el empleo.
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Así lo concluye una evaluación conjunta sobre la implementación de esta legislación realizada por la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (Inddhh) y la Oficina Nacional del Servicio Civil (ONSC).
El informe considera esta ley como un hito en la historia nacional, ya que reconoce que la población afrouruguaya ha sido víctima de racismo y discriminación desde la trata de esclavos, y propone medidas de reparación.
En ese sentido, la ley establece que el ocho por ciento de los empleos del sector público deberán destinarse a personas afrodescendientes.
Sin embargo, en 2021 solo el 2,7 por ciento de los ingresos del sector público se destinó a los afrodescendientes.
En algunas agencias, la cifra fue incluso menor, lo que demuestra una grave falta de compromiso con la ley, señala el informe.
A pesar de la obligación de informar anualmente a la ONSC sobre el número de afrodescendientes contratados, el 43 por ciento de las agencias no informó en 2021.
Al mismo tiempo, sólo el 18 por ciento de los organismos públicos implementaron programas de capacitación específicos, lo que redujo significativamente las oportunidades de acceso y ascenso.
La distribución por género y edad también muestra desigualdades significativas.
Los afrodescendientes representan sólo el 1,2 por ciento de los ingresos del sector público, mientras que los jóvenes de 18 a 24 años representan sólo el 0,8 por ciento.
El estudio concluye que la mala implementación de la Ley 19.122 refleja un problema más amplio de racismo y discriminación en Uruguay.
Aunque esta legislación fue un paso importante hacia la igualdad, los datos muestran que la discriminación estructural persiste en este país, concluye el informe.