jueves, enero 2, 2025

Jimmy Carter: Un complejo legado de redención, progreso y servicio a la América negra, muere a los 100 años | La crónica de Michigan

Jimmy Carter, el 39º presidente de los Estados Unidos y el ex comandante en jefe más longevo, falleció a los 100 años. Su fallecimiento trae una reflexión sobre un legado que es a la vez complejo e impactante, particularmente en el contexto de su relación con los negros. América. Amado por muchos e incomprendido por otros, el viaje de Carter estuvo marcado por contradicciones y transformaciones.

Para comprender la relación de Carter con la comunidad negra, es importante reconocer los matices de su vida política temprana. Como candidato a gobernador de Georgia, Carter se alineó con los segregacionistas, lo que le valió duras críticas del Atlanta Journal-Constituciónque lo calificó de “granjero de maní de Georgia del Sur ignorante, racista, atrasado, ultraconservador y de cuello rojo”. Esta descripción reflejaba una estrategia de campaña que atendía las tensiones raciales de la época.

Sin embargo, las acciones personales de Carter contaron una historia diferente. En su iglesia bautista, Carter y su esposa Rosalynn estuvieron entre los tres únicos miembros que votaron a favor de la integración. Cuando el Sur vio un aumento de grupos supremacistas blancos después Brown contra la Junta de EducaciónCarter se mantuvo firme al negarse a unirse al capítulo local del Consejo de Ciudadanos Blancos. Su decisión posterior de unirse a la Iglesia Bautista Maranatha integrada subrayó aún más su postura personal contra la segregación.

Esta dualidad no pasó desapercibida para los votantes negros, que inicialmente apoyaron a su oponente en la carrera por la gobernación de Georgia. Sin embargo, una vez elegido, las acciones de Carter comenzaron a alinearse más estrechamente con sus convicciones personales. En su discurso inaugural como gobernador de 1970, Carter declaró: “El tiempo de la discriminación racial ha terminado”. Esa declaración marcó un punto de inflexión en su forma de abordar el servicio público.

Cuando se postuló para presidente en 1976, Carter se había ganado la confianza de los votantes negros de todo el país. Esta confianza se reflejó en su presidencia, donde trabajó para continuar el progreso del Movimiento por los Derechos Civiles. Carter nombró a un número récord de líderes negros para puestos de alto rango, incluida Patricia Harris, la primera mujer negra en formar parte de un gabinete presidencial, y Andrew Young, embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas. Alexis Herman también se desempeñó durante el gobierno de Carter como directora de la Oficina de la Mujer del Departamento de Trabajo.

La estrecha relación de Carter con Martin Luther King Sr., conocido como “Daddy King”, moldeó gran parte de su enfoque de los derechos civiles. King era miembro del “gabinete de cocina” informal de Carter y le asesoraba sobre estrategias para promover la liberación de los negros. Earnie Green, subsecretaria de Trabajo de Carter, destacó cómo las políticas de la administración reflejaban estas prioridades. Green destacó la inclusión deliberada de voces negras por parte de Carter y su compromiso de crear oportunidades que antes no existían.

Marc H. Morial, presidente y director ejecutivo de la Liga Urbana Nacional, describió a Carter como “ese político excepcional que se dejaba llevar por su fe y sus ideales más que por la conveniencia”. Morial reflexionó sobre la educación de Carter en el sur segregado y señaló que sus experiencias moldearon su profunda comprensión de la injusticia sistémica. “Quizás más que cualquier presidente moderno, Carter asumió el cargo con una perspectiva de primera mano sobre el impacto de las políticas públicas en las vidas del estadounidense promedio”, dijo Morial. Señaló los primeros desafíos de Carter a las leyes de segregación y supresión de votantes durante su mandato como senador del estado de Georgia.

“Desde sus primeros días en un cargo público, como senador del estado de Georgia en el apogeo del Movimiento por los Derechos Civiles, el presidente Carter cuestionó las leyes que imponían la supresión de votantes y la segregación escolar. En su discurso de toma de posesión como gobernador de 1971, declaró: “El tiempo de la discriminación racial ha terminado”. Fue una declaración radical en ese momento. Tras el asesinato de George Floyd en 2020, repitió esas palabras “con gran tristeza y decepción.

La gobernadora Gretchen Whitmer de Michigan se hizo eco de estos sentimientos y describió a Carter como “un buen hombre y un estadounidense ejemplar que dio un poderoso ejemplo para todos nosotros a lo largo de su larga vida”. Whitmer destacó sus contribuciones a la protección del medio ambiente, la defensa de las energías renovables y el establecimiento de los Departamentos de Energía y Educación. “Dedicó décadas de su vida a ayudar a los que menos tenían en todo el mundo”, dijo Whitmer, refiriéndose al trabajo de Carter con Hábitat para la Humanidad y el Centro Carter.

El vicegobernador Garlin Gilchrist reflexionó sobre la capacidad de Carter para conectarse con los estadounidenses comunes y corrientes. «Jimmy Carter fue un líder increíble que trabajó todos los días de su vida antes, durante y después de su presidencia para marcar una diferencia para sus compatriotas estadounidenses y crear un mundo más próspero y pacífico», afirmó. “Él tendió una mano amiga a los necesitados y luchó incansablemente por los derechos humanos, el desarrollo global y la paz”.

La presidencia de Carter no estuvo exenta de desafíos. Sus primeras estrategias de campaña en Georgia crearon una relación complicada con la comunidad negra que requirió años de esfuerzo deliberado para repararla. Como señaló Morial, el trabajo de Carter como presidente ayudó a cerrar esa brecha. Su discurso ante la Liga Urbana Nacional en su primer año provocó una conversación nacional sobre la justicia racial y continuó consultando con líderes de derechos civiles como Vernon Jordan durante toda su presidencia.

Después de dejar el cargo, el compromiso de Carter con el servicio no hizo más que profundizarse. Carter, que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2002, se centró en los esfuerzos humanitarios que abordaron la pobreza, las enfermedades y los conflictos en todo el mundo. Su trabajo con Habitat for Humanity se volvió emblemático de su creencia en la dignidad de cada ser humano.

Reflexionando sobre la vida de Carter, Morial comentó: “Así como más tarde utilizaría las herramientas a su disposición para construir hogares para personas necesitadas, utilizó todos los recursos disponibles como funcionario electo y estadista respetado para aliviar el sufrimiento, desmantelar la opresión, y promover la paz y la justicia”.

El legado de Jimmy Carter es un recordatorio de que el cambio es posible, incluso para quienes inician un camino complicado. Su capacidad para evolucionar y alinear su servicio público con sus convicciones personales demuestra el impacto de la integridad y el coraje en el liderazgo. Para la América negra, su vida sirve como un estudio de caso sobre la redención, el progreso y la lucha duradera por la igualdad.

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