Miles se reunieron el jueves en la región kurda de Iraq para celebrar Nowruz, el festival que anuncia la llegada de la primavera y el comienzo de un nuevo año.
Nowruz, profundamente arraigado en las tradiciones persa e iraní, se ha extendido más allá de las fronteras y ahora es aceptado por diversas comunidades de todo el mundo.
En Akre, conocida como la «capital de Nowruz», hombres y mujeres que transportaban antorchas treparon a las montañas mientras los fuegos artificiales iluminaban el cielo.
Cayendo el 21 de marzo, Nowruz simboliza el cambio de la oscuridad a la luz. Para los kurdos, tiene un profundo significado político, reflejando su identidad cultural y su larga lucha por la autonomía.
Con más de 20 millones de kurdos en Irak, Siria, Irán y Turquía, el festival sigue siendo un poderoso emblema de la unidad.