Diez aves rapaces protegen las ruinas romanas de Pompeya de las molestas palomas que suponen un riesgo para las excavaciones arqueológicas.
Gianna y Arya forman parte de un equipo de diez aves rapaces que han estado patrullando el parque arqueológico de Pompeya al menos tres veces por semana durante los últimos dos años.
El cierre del parque durante el confinamiento por COVID en 2020 provocó un mayor número de nidos de palomas, que ahuyentaron a otras especies y pusieron en peligro las ruinas romanas con su guano especialmente corrosivo.
El Parque Arqueológico de Pompeya ha implementado un enfoque ecológico para proteger este frágil sitio patrimonial.
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