(ATENCIÓN: ACTUALIZACIÓN con respuesta del Ministerio de Relaciones Exteriores en los últimos 2 párrafos)
Por Kim Han-joo
SEÚL, 16 de julio (Yonhap) — Corea del Norte ha mantenido un sistema «extenso y de múltiples capas» de trabajo forzado en un intento de usarlo como un medio para controlar y monitorear a su gente en interés del Estado, mostró el martes un informe de la ONU.
La Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas publicó un nuevo informe sobre el uso de trabajo forzoso en Corea del Norte, escrito con base en 183 entrevistas realizadas entre 2015 y 2023 con víctimas y testigos de dicha explotación laboral.
«Los testimonios de este informe ofrecen una visión impactante y angustiosa del sufrimiento que el trabajo forzado inflige a las personas, tanto en su escala como en los niveles de violencia y trato inhumano», dijo el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, en un comunicado de prensa.
El informe señala que el uso de trabajo forzado por parte de Corea del Norte se ha «institucionalizado profundamente» y, en algunos casos, se han cometido graves violaciones de los derechos humanos en el proceso que podrían constituir el crimen contra la humanidad de la esclavitud.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) afirmó que el trabajo forzoso «sistémico» se utiliza principalmente para generar ganancias para el Estado y que la mayor parte del dinero ganado por los trabajadores va al gobierno, lo que viola los derechos de los trabajadores.
En particular, el informe destacó «el uso generalizado de la violencia y de tratos crueles, inhumanos y degradantes» por parte de los funcionarios para disciplinar a los trabajadores que no cumplen con las cuotas de trabajo.
El informe cita diversos testimonios de víctimas del sistema de trabajo forzado del régimen, entre ellos, personas a las que se les prohibió abandonar sus lugares de trabajo y una trabajadora que fue abusada sexualmente por un oficial de orientación política.
«Si no cumplíamos con la cuota diaria, nos golpeaban y nos cortaban la comida», según una de las víctimas citada en el informe.
El trabajo forzoso afecta a la vida de casi todos en Corea del Norte, incluidos los reclutas militares, que deben prestar diez años de servicio o más, los trabajadores de empresas estatales e incluso los escolares. Se trata de trabajos de construcción, agricultura, tala de árboles y minería, que suelen ser duros, arduos y peligrosos.
«Estas personas se ven obligadas a trabajar en condiciones intolerables, a menudo en sectores peligrosos, sin remuneración, sin libertad de elección, sin posibilidad de salir, sin protección, sin atención médica, sin tiempo libre, sin comida ni alojamiento», afirmó el Alto Comisionado.
El informe afirma que el trabajo forzoso no sólo proporciona una fuente de mano de obra gratuita para el Estado, sino que también actúa como un medio para que éste controle, vigile y adoctrine a la población.
La agencia instó a Pyongyang a poner fin a estas prácticas análogas a la esclavitud y garantizar una prevención efectiva, incluyendo definiciones claras en las leyes nacionales, especialmente las políticas que discriminan a las mujeres.
El informe recomendó además al gobierno reemplazar el sistema de empleo laboral basado en la coerción, incluida la amenaza de detención.
La agencia recomendó a la comunidad internacional garantizar una estricta diligencia debida en cualquier compromiso económico con Corea del Norte y una estrecha vigilancia de las cadenas de suministro que se originan directa e indirectamente en ese país.
También pidió al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que remitiera la situación a la Corte Penal Internacional.
El gobierno de Corea del Sur acogió con satisfacción el informe e instó a Corea del Norte a implementar las recomendaciones hechas por la oficina.
«Esperamos que este informe aumente la conciencia internacional sobre la grave situación de los derechos humanos en Corea del Norte y fortalezca los esfuerzos internacionales para mejorar las condiciones de los derechos humanos en Corea del Norte», dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado de prensa.
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