VLADIMIR Putin insistió en que Rusia no tiene planes de apoderarse del resto de Europa y desestimó las sugerencias de que Moscú pretende ir allá de Ucrania como “ridículas”.
A pesar de estas afirmaciones, la maquinaria de guerra rusa continúa produciendo misiles a un ritmo que los expertos describen como alarmante.
En un juego de humo y espejos, Putin ofreció su primer atisbo de optimismo, diciendo que el plan de paz para Ucrania podría ser una “base para futuros acuerdos”.
El líder ruso enfatizó que aún es necesario resolver algunos detalles clave, pero que estaba dispuesto a trabajar para llegar a un acuerdo.
Incluso llegó a prometer no atacar a otras naciones europeas.
Sin embargo, durante una visita a Kirguistán, emitió una severa advertencia: “Si las fuerzas ucranianas abandonan los territorios que controlan, detendremos las operaciones de combate.
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«Si no lo hacen, lo lograremos por medios militares».
En este contexto, funcionarios del ejército estadounidense han advertido a los diplomáticos occidentales que la aceleración de la producción de armas por parte del Kremlin sólo está aumentando la probabilidad de un conflicto global.
En previsión de un posible conflicto con Rusia, Alemania está luchando por preparar sus fuerzas armadas.
A principios de este mes, Berlín anunció que todos los jóvenes de 18 años serían llamados a filas para someterse a exámenes médicos militares.
Los funcionarios alemanes han llegado a la conclusión de que necesitan 80.000 tropas profesionales adicionales para cumplir el objetivo de la OTAN de 260.000 efectivos.
Si bien ha rechazado reintroducir el servicio militar obligatorio por ahora, espera que el reclutamiento voluntario sea suficiente para construir la fuerza necesaria.
Al mismo tiempo, altos funcionarios alemanes han pasado los últimos dos años elaborando un vasto plan de guerra secreto de 1.200 páginas sobre cómo respondería el país si Rusia atacara.
Expuso cómo se necesitarían unos 800.000 soldados alemanes, estadounidenses y de otros países de la OTAN para la línea del frente en una posible guerra con Rusia.
El plan advertía que Rusia podría estar lista y dispuesta a atacar a la OTAN para 2029.
En Francia, Emmanuel Macron anunció planes similares para reforzar el ejército reintroduciendo una forma limitada de servicio militar.
Los voluntarios recibirán hasta 10.000 euros (8.000 libras esterlinas) para unirse al programa de 10 meses.
Esto se hace con la esperanza de que el número de reservistas aumente hasta 50.000 cada año.
Estos crecientes temores en toda Europa ayudan a explicar la renovada presión diplomática para forzar un acuerdo de paz entre Moscú y Kiev.
Los funcionarios occidentales creen que incluso si un alto el fuego no detuviera la producción de armas de Rusia, poner fin al conflicto podría reducir el peligro de que el Kremlin desatara su creciente arsenal contra las naciones vecinas.
En este contexto tenso, Putin declaró que Moscú sólo pondría fin a la guerra si las fuerzas ucranianas se retiran de todos los territorios que Rusia afirma que posee.
Rusia ocupa actualmente aproximadamente una quinta parte de Ucrania, pero el estatus de este territorio en disputa sigue siendo el principal obstáculo para cualquier acuerdo de paz.
Putin se jactó de que las fuerzas rusas habían rodeado a las tropas ucranianas en Pokrovsk y Myrnograd.
Refiriéndose a estas ciudades por sus nombres rusos –Krasnoarmeysk y Dimitrov–, llamó a este el campo de batalla feroz y de mayor importancia estratégica en la región de Donetsk.
Continuó afirmando que Rusia está avanzando en Vovchansk y Siversk, y acercándose al centro logístico de Guliaipole.
«La ofensiva rusa es prácticamente imposible de contener, por lo que es poco lo que se puede hacer al respecto», afirmó.
Ucrania niega rotundamente las afirmaciones de Putin, insistiendo en que sus fuerzas no están rodeadas en Pokrovsk o Myrnograd.
Kyiv sostiene que sus fuerzas continúan resistiendo el avance del enemigo.
En el terreno, Rusia ha logrado avances lentos pero constantes en el este de Ucrania en las últimas semanas, dominando a unidades ucranianas superadas en número y armas.
Al otro lado del Atlántico, Washington ha renovado su impulso para poner fin al conflicto de cuatro años.
Ha presentado una propuesta que espera finalizar en las próximas negociaciones que involucran tanto a Moscú como a Kiev.
La invasión a gran escala de Rusia en febrero de 2022 desencadenó el conflicto mortífero en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Cientos de miles han sido asesinados, mientras que millones se han visto obligados a abandonar sus hogares.


























