domingo, diciembre 15, 2024

Fiscales de Guatemala amenazan con anular victoria del presidente electo Arévalo

El Tribunal Supremo Electoral de Guatemala declaró “inalterables” los resultados de la carrera presidencial de este año después de que los fiscales cuestionaran abiertamente la posibilidad de anular la votación.

Las declaraciones de los fiscales provocaron una tormenta nacional e internacional, marcando lo que los críticos consideran el esfuerzo más reciente –y más directamente declarado– para anular la victoria electoral del presidente electo Bernardo Arévalo.

La Organización de Estados Americanos (OEA), organismo regional de vigilancia electoral, llegó incluso a condenar las declaraciones como “un intento de golpe de estado“.

«Las acciones y declaraciones de los fiscales Rafael Curruchiche y Leonor Morales constituyen una alteración del orden constitucional del país, un quebrantamiento del Estado de derecho y una violación de los derechos humanos de la población de su país», afirmó el viernes en un comunicado. .

«El intento de anular las elecciones generales de este año constituye la peor forma de ruptura democrática y la consolidación de un fraude político contra la voluntad del pueblo».

El último capítulo de la actual agitación electoral en Guatemala estalló el viernes con una conferencia de prensa encabezada por Curruchiche, Morales y Ángel Pineda Ávila, secretario general del Ministerio Público.

Los fiscales del Ministerio Público han sido acusados ​​de acciones antidemocráticas en el pasado. Los Estados Unidos, por ejemplo, han alegado anteriormente que curruchiche y pineda “obstruyeron investigaciones sobre actos de corrupción” para promover sus objetivos políticos.

En una conferencia de prensa el viernes, los fiscales reiteraron su solicitud de que Arévalo sea despojado de su inmunidad política, un paso que podría abrirlo a un proceso judicial. Lo acusaron de recolectar indebidamente firmas para su campaña presidencial, así como de malversar fondos políticos.

Pero fueron un paso más allá y plantearon la posibilidad de que las elecciones presidenciales fueran anuladas como resultado de sus conclusiones.

«Hoy es un día histórico para las instituciones democráticas», afirmó Pineda en la rueda de prensa, defendiendo el trabajo de sus colegas como «imparcial» y negando cualquier intento de interferir en los resultados electorales.

Pero la reacción a la conferencia de prensa no se hizo esperar. Blanca Alfaro, presidenta del Tribunal Supremo Electoral, un organismo gubernamental encargado de mantener la integridad electoral, respondió rápidamente con una conferencia de prensa propia, refutando la posibilidad de que se pudieran celebrar nuevas elecciones.

“Quiero ratificar, en mi calidad de magistrada y a título personal, que los resultados son válidos, oficiales e inalterables”, afirmó.

También afirmó que Arévalo y su vicepresidenta, Karin Herrera, asumirán el cargo según lo previsto. “En este momento no hay manera de que el Tribunal Supremo Electoral vaya a repetir las elecciones”.

Anteriormente, los fiscales habían atacado al propio Tribunal Supremo Electoral, ordenando redadas en sus oficinas después de las elecciones que resultaron en la apertura de urnas selladas.

El 7 de diciembre, los manifestantes sostienen pancartas criticando a la Fiscal General María Consuelo Porras, izquierda, y al fiscal Rafael Curruchiche, derecha, por acciones antidemocráticas. [Cristina Chiquin/Reuters]

Guatemala ha luchado durante mucho tiempo por frenar la corrupción oficial. Por ejemplo, un organismo respaldado por las Naciones Unidas llamado Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) se vio cerrado abruptamente en 2021, después de que el entonces presidente Jimmy Morales lo acusara de actos ilegales.

Desde entonces, el propio Morales ha sido investigado por actividades corruptas.

La carrera presidencial de este año también se ha visto empañada por cuestiones de integridad electoral. Tres candidatos destacados fueron descalificados antes de la primera ronda de votación, incluido el entonces favorito.

Arévalo, mientras tanto, era un caballo oscuro, postulándose con una plataforma progresista anticorrupción con el partido Movimiento Semilla. Pero saltó a la fama con un sorpresivo segundo puesto en las elecciones generales de junio, asegurándose uno de los dos lugares en la segunda vuelta.

Fue entonces cuando comenzaron los problemas para él y su partido. A los pocos días, un tribunal de Guatemala acordó suspender los resultados de la votación, en espera de una revisión. Después de que se confirmaron los resultados, el propio Movimiento Semilla se enfrentó a una suspensión, luego de que los fiscales alegaran que había reunido firmas de manera inadecuada para registrarse como partido político.

Los esfuerzos por suspender el Movimiento Semilla persistieron incluso después de que Arévalo lograra una victoria aplastante en la segunda vuelta. Obtuvo más del 60 por ciento de los votos, derrotando a la ex vicepresidenta Sandra Torres, una candidata conservadora.

Pero los fiscales han seguido investigando a Arévalo, lo que ha llevado a los observadores electorales a preguntarse si planean arruinar su victoria por medios antidemocráticos.

En noviembre, por ejemplo, el Ministerio Público presentó una solicitud para despojar a Arévalo de su inmunidad política por su participación en un movimiento de protesta liderado por estudiantes, citando sus publicaciones en las redes sociales en ese momento.

Sin embargo, han estallado protestas en todo el país para defender los resultados de las elecciones, muchas de las cuales han sido encabezadas por líderes indígenas.

Está previsto que Arévalo asuma el cargo el 14 de enero, sucediendo al presidente conservador saliente Alejandro Giammattei.



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