La medida es el último cambio en la política económica y exterior del recién elegido presidente de extrema derecha, Javier Milei.
Argentina ha anunciado que no se unirá al bloque BRICS de economías en desarrollo, cumpliendo una promesa de campaña del recién elegido presidente de extrema derecha, Javier Milei, quien se ha comprometido a buscar vínculos más estrechos con Occidente.
En una carta fechada el 22 de diciembre pero publicada el viernes, Milei dijo a los líderes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica que el momento para la membresía de Argentina en el bloque no era oportuno.
Milei dijo en su carta que su enfoque de los asuntos exteriores “difiere en muchos aspectos del del gobierno anterior. En este sentido, se revisarán algunas decisiones tomadas por la administración anterior”.
El nuevo presidente de Argentina, un autodenominado anarcolibertario que ha impulsado una serie de reformas económicas radicales desde que asumió el cargo en diciembre, ha dicho que aplicará una política exterior que se alinee con los países occidentales, alejándose de los esfuerzos de la administración anterior para establecer vínculos con otros países en desarrollo.
El ex presidente de centro izquierda Alberto Fernández había promovido la inclusión de Argentina en los BRICS como una forma de fomentar las relaciones económicas con el bloque, cuyos miembros representan alrededor del 25 por ciento del PIB mundial. Argentina debía unirse el 1 de enero de 2024.
Mónica Yanakiew, corresponsal de Al Jazeera, informando desde la ciudad capital de Buenos Aires, dijo que Milei ya ha emitido cambios radicales durante sus tres semanas en el cargo.
«Ya ha realizado cambios dramáticos en todos los ámbitos de la vida, desde acelerar los procedimientos de divorcio hasta desregular los precios y eliminar los subsidios, todo está cambiando aquí ahora», dijo.
Durante su campaña, Milei criticó a los países gobernados “por el comunismo” como China y la potencia económica vecina Brasil y dijo que buscaría una mayor alineación con las “naciones libres de Occidente” como Israel y Estados Unidos en su política económica y exterior.
Sin embargo, en su carta a los líderes del BRICS, Milei dijo que Argentina buscaría «intensificar los vínculos bilaterales» para aumentar «los flujos comerciales y de inversión» sin unirse al grupo.
A nivel interno, Milei también enfrenta un fuerte rechazo por parte de los poderosos grupos laborales organizados del país mientras se embarca en un programa de “terapia de shock” económica y desregulación mientras Argentina se tambalea por una inflación altísima.