Sudán rechazó un llamamiento de los expertos de la ONU para el despliegue de una «fuerza independiente e imparcial» para proteger a millones de civiles expulsados de sus hogares por más de un año de guerra.
El conflicto que desde abril del año pasado enfrenta al ejército con fuerzas paramilitares ha matado a decenas de miles de personas y desencadenado una de las peores crisis humanitarias del mundo.
Los expertos independientes de la ONU dijeron el viernes que su misión de investigación había descubierto violaciones «horribles» por parte de ambas partes, «que podrían constituir crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad».
Pidieron que se despliegue «sin demora» «una fuerza independiente e imparcial con el mandato de proteger a los civiles».
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Sudán, leal al ejército del general Abdel Fattah al-Burhan, dijo en un comunicado el sábado por la noche que «el gobierno sudanés rechaza en su totalidad las recomendaciones de la misión de la ONU».
Calificó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que creó la misión de investigación el año pasado, como «un órgano político e ilegal», y las recomendaciones del panel como «una flagrante violación de su mandato».
Los expertos de la ONU dijeron que ocho millones de civiles han sido desplazados y otros dos millones de personas han huido a países vecinos.
Más de 25 millones de personas —más de la mitad de la población del país— enfrentan una grave escasez de alimentos.
El jefe de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una visita a Sudán el domingo, dijo: «La escala de la emergencia es impactante, como también lo es la insuficiente acción que se está tomando para reducir el conflicto y responder al sufrimiento que está causando».
En Puerto Sudán, donde se han trasladado las oficinas gubernamentales y de las Naciones Unidas debido a los intensos combates en la capital, Jartum, Tedros pidió al «mundo que despierte y ayude a Sudán a salir de la pesadilla que está viviendo».
El comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Sudán acusó a las Fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido, dirigidas por el ex adjunto de Burhan, Mohamed Hamdan Daglo, de «atacar sistemáticamente a civiles e instituciones civiles».
«La protección de los civiles sigue siendo una prioridad absoluta para el Gobierno sudanés», afirmó.
La declaración agregó que el papel del Consejo de Derechos Humanos de la ONU debería ser «apoyar el proceso nacional, en lugar de tratar de imponer un mecanismo exterior diferente».
También rechazó el pedido de los expertos de un embargo de armas.