Inicio Estilo de Vida Salud Asuntos de la mente: ¿Puede la mente agitada ser una bendición?

Asuntos de la mente: ¿Puede la mente agitada ser una bendición?

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Ser humano, tener una mente y vivir en comunidades casi naturalmente asegura una agitación frecuente. A veces, sentimos que estamos en guerra con nosotros mismos, podemos sentirnos cargados emocionalmente por situaciones que quizás nunca ocurran, experimentar un trauma por lo que sucedió, sentir un vacío en el estómago o un dolor en el pecho. Todo es parte del ser humano.

Lo que hacemos con esta estimulación, esta carga de energía, el latido detrás de nuestros huesos y la agitación en nuestra mente, es lo que nos da resultados extraordinarios.

La respuesta habitual a la agitación es el rechazo, la internalización del fracaso que sentimos tan débiles, la ira por haber sido agraviados y el dolor por tener que pasar por ello. Esta percepción negativa estándar de la agitación interna nos lleva a viajes no deseados. Si bien es cierto que la agitación mental no es un estado agradable, la ausencia de paz mental es inquietante y preferimos la homeostasis a los rollos de cobra emocionales, también es importante que comencemos con una visión diferente de este desequilibrio.

La idea de que la agitación es mala nos obliga rápidamente a negarla o superarla. Este encubrimiento superficial empuja la agitación más profundamente en nuestros núcleos, guardándola solo por el momento. Ocultar o temer la agitación también previene la autoconciencia. Sin embargo, estos no son los únicos errores que cometemos aquí.

La agitación, cuando se acepta y reconoce plenamente, puede sublimarse en crear, explorar, aprender e innovar. Asumimos que un sentimiento desafiante o perturbador debe ser expulsado de manera negativa. Tememos que si lo dejamos persistir, podemos lastimarnos a nosotros mismos oa los demás. Aquí es cuando debemos hacer una pausa, orientarnos y despertar a tantas otras posibilidades para expresar esta energía.

La agitación puede ser el lugar de nacimiento de una obra maestra. Puede ser un mural, un libro, una sinfonía o descifrar un código matemático y, para algunos, puede ser un momento de la verdad que da lugar a una realización resplandeciente. Este no tiene por qué ser siempre un momento eureka seguido de júbilo, la sublimación puede ir acompañada de dolor y lágrimas.

Permitir que nuestro ser perturbado permanezca en el momento inquietante por un tiempo, reconocer la confusión como energía y mantenerse alejado del desprecio no solo puede ayudar a allanar el camino para desarrollar la resiliencia, sino también usar esta inquietud en una dirección constructiva. Esto no es fácil y ciertamente no es una receta para lidiar con el dolor o el trauma, pero es una invitación a cuestionar y reconstruir nuestras percepciones de las dificultades.

Salir de nuestra crisis única y salir del caos requiere mucha energía, estallidos que experimentamos varias veces al día. Permitir la conciencia, la aceptación y la absorción puede hacer que la perturbación valga la pena, viendo la obstrucción como una oportunidad para cambiar la dirección de nuestro viaje, no alejándonos de nuestro verdadero yo y nuestra realidad, sino directamente hacia él, soportando y superando con la misma energía que nosotros. El pensamiento era un problema.

La agitación es incómoda, lo que hacemos con ella puede convertirse en una ventaja.



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