El presidente checo, Petr Pavel, firmó una ley el 6 de febrero para extender el período de protección para los refugiados ucranianos, informó el sitio de noticias checo České Noviny.
La ley también penaliza las actividades no autorizadas a favor de un estado extranjero y aprieta los requisitos para los solicitantes rusos que buscan ciudadanía.
Según las nuevas disposiciones, la protección temporal para los refugiados ucranianos, que expirará en marzo, se extenderá para otro año en línea con una decisión de la UE.
Este estatus permite a los refugiados que huyen de la agresión rusa para acceder a la salud pública, la educación y las oportunidades de empleo en Chechia.
El ley modificada También introduce una vía para los permisos de residencia a largo plazo para los refugiados ucranianos que han vivido en Checia durante más de dos años. La elegibilidad es condicional a la independencia financiera, viviendas estables y, para los niños, la inscripción en una escuela checa.
La ley también impone responsabilidad penal por actividades no autorizadas realizadas a favor de un estado extranjero, con sanciones que van desde hasta cinco años en tiempo de paz a un máximo de 15 años durante la ley marcial.
Las nuevas restricciones requieren que los ciudadanos rusos que buscan la ciudadanía checa renuncien a su ciudadanía rusa y proporcionen pruebas oficiales de hacerlo. Las excepciones se aplicarán en casos específicos, como para solicitantes de asilo.
Los cambios legislativos se producen cuando la checia juega un papel clave en el apoyo a Ucrania militarmente. Praga presentó su iniciativa de comprar conchas de artillería para Ucrania conjuntamente con socios a principios de 2024 en medio de la escasez de conchas causada principalmente por retrasos en la asistencia de los Estados Unidos.
Un plan de adquisición similar para 2025 también está en desarrollo, según la ministra de Defensa Checa, Jana Cernochova.
Trump impone sanciones a la corte penal internacional a través de la orden ejecutiva
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que imponía sanciones al Tribunal Penal Internacional (ICC) el 6 de febrero.