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Desde los primeros pasos hasta los avances en el mundo, YCIS inspira interés en aprender y desarrolla futuros líderes.

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Desde los primeros pasos hasta los avances en el mundo, YCIS inspira interés en aprender y desarrolla futuros líderes.

Gracias a eso, muchos de los estudiantes consiguieron ofertas de universidades líderes en Hong Kong y alrededor del mundo y ahora se están preparando para dar el siguiente gran paso.

Entre ellos se encuentra Hannah Cheng, quien recibió una oferta de admisión anticipada de la Universidad de Stanford en los Estados Unidos y, comprensiblemente, está inspirada y entusiasmada por los nuevos desafíos y oportunidades que se presentarán.

Un cambio completo de escenario será una de las primeras cosas a las que nos tendremos que acostumbrar, ya que Hannah lleva 17 años en YCIS Hong Kong.

Comenzó en una clase de ECE (educación infantil temprana) cuando tenía solo seis meses y pasó de allí a la escuela primaria y luego a la sección secundaria antes de terminar con el IBDP.

Como era de esperar, ha sido un viaje formador de carácter e instructivo, definido por altos estándares académicos, pero también por la creencia de que cada individuo debe estar dispuesto a retribuir a la escuela y a la comunidad en general y, siempre que sea posible, buscar formas de crear un mundo mejor.

Al reflexionar, Hannah recuerda que, como todos los estudiantes en todo el mundo, tuvo que lidiar con varios contratiempos y obstáculos a lo largo del camino.

Por ejemplo, desde primer año de primaria, hubo momentos en que tuvo dificultades de aprendizaje con diferentes materias y necesitó ayuda adicional para comprender los conceptos y el material del curso.

En particular, notó que leía más despacio que sus compañeros, que a menudo se trababa con las palabras y que le resultaba difícil distinguir entre letras invertidas como la “b” y la “d”. Incluso en sexto grado, tenía problemas con el alfabeto inglés, se sentía como una fracasada y no sabía qué le pasaba. Sin embargo, su madre fue una gran fuente de consuelo.

“Con lágrimas en los ojos, me dijo que tuviera fe en mí misma”, cuenta Hannah. “Me explicó que cada niño se desarrolla a su propio ritmo, como las flores, que florecen en momentos diferentes. Me aseguró que su “pequeña flor” florecería algún día”.

Hannah descubrió que tenía dislexia más tarde. Aun así, logró obtener los máximos honores académicos, sobresalir en competiciones internacionales y realizar proyectos de investigación. También fue seleccionada para programas para estudiantes superdotados en la Universidad Johns Hopkins, la Academia de Educación para Superdotados de Hong Kong y la Universidad de Hong Kong.

“Estoy muy agradecida con los profesores de YCIS que me ayudaron a superar los desafíos iniciales y siempre me dieron ánimo y apoyo”, dice. “Además, agradezco sinceramente a mi familia y amigos por su amor y apoyo. Han estado conmigo durante todo el camino”.

Durante su estancia en YCIS Hong Kong, Hannah aprovechó todas las oportunidades para participar en diversas actividades, tal como la animaban los profesores. Cabe destacar que participó en la Copa Mundial de Economía, donde ganó premios tanto grupales como individuales, y este año también fue reconocida en los Premios a Estudiante del Año de SCMP en la categoría de colaborador de la comunidad.

Hannah recibió el premio Sir Edward Youde Memorial Prize 2023-2024, que se otorga a estudiantes de último año que demuestran constantemente un alto nivel de aprendizaje y habilidades de liderazgo excepcionales.

Además, recibió uno de los premios Sir Edward Youde Memorial 2023-2024. Estos premios se otorgan a estudiantes de último año que han demostrado un alto nivel académico de manera constante, así como habilidades de liderazgo excepcionales.

Ahora, dirigiéndose a Stanford, donde sólo alrededor del 3 por ciento de los miles de solicitantes son admitidos cada año, Hannah planea estudiar economía, una materia que abarca teoría, datos, problemas del mundo real y ofrece posibles soluciones a los problemas que enfrentan los más necesitados.

“Me sentí particularmente atraída por la fascinante intersección entre la economía y los aspectos racionales del comportamiento humano”, afirma. “Mientras estudiaba economía en Stanford, mi objetivo era explorar la toma de decisiones humanas bajo las limitaciones de diferentes contextos económicos que influyen en las políticas públicas e internacionales y que, por lo tanto, dan forma a las sociedades y tienen un gran impacto en los acontecimientos mundiales”.

Como cuestión de principios, YCIS Hong Kong enfatiza el desarrollo holístico de todos los alumnos, permitiendo que cada niño persiga diversos intereses y descubra su potencial único.

Hannah y sus dos hermanos, Enoch y Amos, comenzaron a estudiar en YCIS cuando tenían seis meses, creando diferentes nichos con sus fortalezas únicas.

Este enfoque permitió que Hannah, junto con su hermano mayor Enoch y su hermano menor Amos, fundaran un club ambiental en el campus, pero también les dio a cada uno la posibilidad de encontrar su propio nicho.

Los tres han obtenido notas sobresalientes, pero han podido mostrar fortalezas y rasgos de personalidad contrastantes.

Tras obtener una puntuación perfecta en los exámenes del IBDP en 2022, Enoch optó por la Universidad de Toronto, donde ahora estudia una doble titulación en finanzas cuantitativas y gestión. Como líder natural, ha seguido colaborando como voluntario en organizaciones que asesoran a adolescentes y ayudan a nuevos inmigrantes y refugiados.

Por otra parte, Amos se está preparando para comenzar el primer año del IBDP y tiene planes tentativos de estudiar informática, ciencia de datos o ingeniería química en la universidad. Tiene fama de ser un líder servicial, muy organizado y atento.

Hannah, quien es conocida por ser creativa, sociable y empática, vio en el ejemplo de su hermano mayor lo que es posible lograr a través de la perseverancia, el trabajo duro y la ambición de lograr grandes cosas.

“Ser testigo de los esfuerzos constantes de Enoch por ayudar y apoyar a los necesitados alimentó aún más mis propias aspiraciones de cursar estudios superiores y seguir un camino de servicio y compasión, con la esperanza de hacer del mundo un lugar mejor”, afirma.

Gracias a su origen familiar y a los valores cristianos que le inculcaron en YCIS Hong Kong, Hannah entiende la importancia de servir a los demás, contribuir activamente a la comunidad y tener la mentalidad de un ciudadano global. Como parte de sus iniciativas de voluntariado, ha acompañado a miembros de su familia en visitas a refugiados y minorías étnicas y ha visto el contraste entre las vidas de los desfavorecidos y la suya propia.

Hannah, Enoch y Amos han fundado juntos un club medioambiental, ya que YCIS fomenta una educación holística que no sólo pone énfasis en los logros académicos, sino que también permite a los estudiantes explorar libremente diversos intereses.

“He tenido la increíble suerte de contar con un sistema de apoyo compuesto por profesores de la escuela atentos, mentores atentos de ONG y mi familia”, afirma. “La orientación y los recursos que me brindaron fueron fundamentales para ayudarme a superar los desafíos a lo largo de mi educación. Además, su presencia ha tenido un profundo impacto en mi vida al demostrar el efecto transformador que una persona puede tener en otra”.

Inspirada por esa perspectiva, Hannah ha tomado medidas prácticas para marcar una diferencia. Ha dirigido sesiones de tutoría en la iglesia para estudiantes de primaria, ha organizado campañas de donación para minorías étnicas, refugiados y personas desfavorecidas tanto a nivel local como en el extranjero, ha ayudado a optometristas a realizar exámenes de la vista a niños desfavorecidos y ha visitado a jóvenes con labio leporino.

Su motivación es garantizar que otros también tengan una oportunidad justa de tener éxito en la vida, independientemente de sus circunstancias iniciales.

A medida que Hannah creció y superó las desafiantes experiencias de aprendizaje de su infancia, se volvió más atrevida y dispuesta a tomar riesgos, incluso si eso significaba cometer errores y fracasar.

Ella atribuyó esto al hecho de que nunca se sintió oprimida o excluida mientras crecía.

En cambio, los padres y maestros de Hannah la alentaron constantemente a explorar nuevos intereses y buscar experiencias diversas, como aprender una nueva materia, participar en diversas actividades extracurriculares o actuar en un escenario más grande.

Estas experiencias le enseñaron a Hannah la importancia de probar cosas nuevas, ser curiosa y aceptar el fracaso como parte natural del proceso de aprendizaje. Aprendió que es más importante asumir riesgos y aceptar nuevas experiencias que preocuparse por la posibilidad de fracasar.

“Nunca imaginé que Stanford me aceptaría, pero el miedo al rechazo no me impidió intentarlo”, afirma. “En el mundo altamente competitivo de hoy, nunca se sabe realmente qué puede pasar, así que hay que arriesgarse, esforzarse y no arrepentirse”.

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