Reforma de pensiones Después de 18 años: ¿Qué debe seguir?
El jueves, la Asamblea Nacional de Corea aprobó una enmienda a la Ley Nacional de Pensiones, introduciendo un aumento gradual tanto en la tasa de contribución como en la tasa de reemplazo de ingresos. Esto marca la primera reforma de pensiones en 18 años desde 2007 y el primer aumento en la tasa de contribución en 28 años, que entrará en vigencia el próximo año. El esfuerzo bipartidista para aprobar esta reforma, a pesar de las intensas divisiones políticas exacerbadas por las controversias de la ley marcial y el juicio de destitución presidencial, merece reconocimiento. Es imperativo que ambos partidos continúen priorizando los intereses nacionales sobre la discordia política.
Para garantizar la estabilidad financiera del Servicio Nacional de Pensiones y reducir la carga de las generaciones futuras, el enfoque ideal habría sido un modelo de «pagar más, recibir menos». Sin embargo, el plan adoptado sigue un marco de «pagar más, recibir más». La tasa de contribución, actualmente al 9 por ciento, aumentará en 0.5 puntos porcentuales anuales en los próximos ocho años, alcanzando el 13 por ciento. Mientras tanto, la tasa de reemplazo de ingresos, que disminuyó del 41.5 por ciento este año al 40 por ciento para 2028, se ajustará al 43 por ciento a partir del próximo año. Las medidas adicionales incluyen extender el período de reconocimiento de las contribuciones durante el parto y el servicio militar, mejorar el apoyo premium para grupos de bajos ingresos e incorporar una garantía del gobierno para los pagos de pensiones en la ley.
Sin embargo, esta reforma paramétrica es simplemente el comienzo. Las medidas actuales solo retrasan el agotamiento de los fondos de pensiones en aproximadamente nueve años. La reforma estructural es esencial para garantizar la sostenibilidad a largo plazo del Servicio Nacional de Pensiones. Con este fin, la Asamblea Nacional ha establecido un comité especial de reforma de pensiones para discutir y acordar los cambios estructurales fundamentales.
Los críticos argumentan que el aumento en la tasa de reemplazo de ingresos beneficia desproporcionadamente a las personas que se encuentran a la jubilación, generaciones que históricamente han contribuido menos mientras reciben más. El monitoreo continuo es necesario para garantizar que los resultados de la reforma se distribuyan de manera equitativa entre generaciones. Infundir confianza en los contribuyentes más jóvenes y futuros es crucial, por lo que ellos también creen que recibirán sus pensiones legítimas.
Dada la sensibilidad de problemas como las tasas de contribución y las tasas de reemplazo de ingresos, alcanzar el consenso nunca es fácil. Por esta razón, muchas naciones avanzadas han adoptado mecanismos de ajuste automático, que alinean estas tasas con condiciones económicas y cambios demográficos. Sin embargo, también deben considerarse medidas para mitigar el impacto de las pensiones reducidas. Además, las discusiones deben abordar la división de roles entre la pensión básica y la pensión nacional, las reformas a otras pensiones ocupacionales, como la pensión de funcionario y mejoras en los sistemas de pensiones privadas, como las pensiones de jubilación.
Al buscar una reforma estructural, es crucial establecer objetivos y plazos claros para evitar esfuerzos superficiales. El Comité Especial ha establecido el final del año como su fecha límite, con la posibilidad de extensiones si es necesario. La creación de una hoja de ruta bien definida para lograr una reforma estructural es vital. Además, los esfuerzos para reflejar la opinión pública y crear conciencia sobre la necesidad de la reforma de las pensiones deben ir de la mano. Sin cambios estructurales genuinos, Corea corre el riesgo de solo posponer una crisis inevitable en lugar de asegurar la estabilidad financiera de su sistema de pensiones para las generaciones venideras.
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