La comparecencia de Yoon ante el tribunal: un momento histórico que ofrece poco consuelo
El presidente Yoon Suk Yeol, que está bajo investigación por presunto liderazgo en un intento de rebelión, compareció el miércoles ante el Tribunal Constitucional para la tercera audiencia de su juicio político. Esta fue la primera vez en la historia constitucional de Corea que un presidente en ejercicio, como demandado en un caso de impeachment, se dirigió personalmente al tribunal. Sin embargo, los comentarios y la conducta de Yoon ofrecieron poco consuelo a una nación que busca una rendición de cuentas y una reflexión genuinas.
Cuando los jueces entraron y comenzaron los procedimientos, Yoon expresó su arrepentimiento y afirmó: «Lamento profundamente que mi juicio político haya causado tantos problemas al tribunal». Sin embargo, lo que la gente realmente anhelaba escuchar no era arrepentimiento procesal sino una disculpa sincera y una introspección por los acontecimientos que precipitaron la crisis actual. En cambio, Yoon y sus representantes legales duplicaron las justificaciones para la declaración de la ley marcial, desviando la responsabilidad con una mezcla de racionalizaciones y negaciones.
La audiencia se centró en la polémica proclamación de la ley marcial y su autoría. El equipo de Yoon argumentó que la proclamación era una mera «formalidad» y no estaba destinada a su aplicación. Sin embargo, las disposiciones detalladas del decreto sugieren lo contrario. La proclamación incluía medidas sin precedentes, como prohibir las actividades de la Asamblea Nacional y castigar a los médicos internos en huelga, elementos que ni siquiera se veían durante los regímenes militares de Corea. Estos aspectos cuestionan la afirmación de que la proclamación fue meramente procesal.
Los abogados de Yoon intentaron echarle la culpa al ex ministro de Defensa, Kim Yong-hyun, afirmando que Yoon había modificado el borrador inicial eliminando disposiciones como el toque de queda nocturno. Sin embargo, al reconocer la revisión de Yoon de otras partes de la proclamación, admitieron tácitamente su participación en su marco más amplio.
Las afirmaciones de que no hubo intención de hacer cumplir la proclamación también fracasaron bajo escrutinio. Durante la audiencia, los fiscales de juicio político de la Asamblea Nacional presentaron imágenes de CCTV del evento de la ley marcial del 3 de diciembre. Las imágenes mostraban a personal militar armado entrando al edificio de la Asamblea Nacional y enfrentándose con sus asistentes, así como a soldados irrumpiendo en las instalaciones de la Comisión Electoral Nacional. Tales acciones no tienen fundamento legal bajo la ley marcial, lo que genera serias preocupaciones sobre su intención.
Cuando se enfrentó a esta evidencia, Yoon minimizó los hechos y afirmó: «Los soldados entraron al edificio pero abandonaron voluntariamente cuando encontraron resistencia por parte del personal». Esta respuesta, que sugiere que no se produjo ningún daño, ignora la cuestión fundamental: la intrusión no autorizada de los militares en instituciones democráticas clave.
Yoon había declarado anteriormente que no evadiría la responsabilidad legal o política. Sin embargo, sus acciones durante el juicio político y las investigaciones relacionadas han pintado un panorama diferente. La situación se agravó aún más cuando partidarios que se identificaron como su base irrumpieron en el Tribunal del Distrito Occidental de Seúl, provocando caos y dañando la confianza pública en el Estado de derecho.
Es hora de que Yoon respalde sus palabras con acciones. Debe abstenerse de una retórica que incite a sus partidarios, ofrecer una sincera disculpa al pueblo y cooperar plenamente con los procedimientos judiciales. No se trata simplemente de una cuestión de integridad personal: es una obligación mínima para con los ciudadanos que alguna vez le confiaron la presidencia.
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