DACA: El principal diplomático de carrera de la India estuvo en Bangladesh el lunes (9 de diciembre) para calmar las tensiones entre los dos vecinos que surgieron del derrocamiento en agosto de la autocrática ex primera ministra Sheikh Hasina en una revolución liderada por los estudiantes.
El gobierno de mano dura de Hasina fue fuertemente respaldado por la India y la mujer de 77 años permanece en Nueva Delhi, donde se refugió después de su derrocamiento, a pesar de que Bangladesh anunció que buscar su extradición.
El premio Nobel Muhammad Yunus, líder de un gobierno interino encargado de implementar reformas democráticas, condenó los actos de «agresión india» que, según él, tenían como objetivo desestabilizar su administración.
Vikram Misri, secretario del Ministerio de Asuntos Exteriores de la India, llegó a Dhaka el lunes para la primera reunión en persona entre altos funcionarios de ambos países desde el derrocamiento de Hasina.
«India desea una relación positiva, constructiva y mutuamente beneficiosa con Bangladesh», dijo Misri a los periodistas en la capital de Bangladesh.
«No hay ninguna razón por la que esta cooperación mutuamente beneficiosa no deba continuar dando resultados en interés de nuestros dos pueblos».
Misri tenía previsto reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores de facto, Touhid Hossain, y con Yunus mientras estuviera en Dhaka.
Yunus, de 84 años, enfrentó numerosos procesos penales durante el régimen de Hasina que, según sus críticos, fueron inventados para marginar a uno de sus rivales potenciales más destacados.
Ha sido un crítico abierto de la India por respaldar el gobierno de Hasina hasta el fondo a pesar de los crecientes abusos de derechos observados durante sus 15 años de mandato.
India, por su parte, ha acusado a Bangladesh, de mayoría musulmana, de no proteger adecuadamente a su comunidad minoritaria hindú de ataques de represalia tras el derrocamiento de Hasina.
El arresto de un destacado sacerdote hindú en Bangladesh acusado de sedición el mes pasado aumentó aún más las tensiones, y los partidarios de derecha del primer ministro Narendra Modi instaron a su gobierno a adoptar una postura más dura en Dhaka.
La administración de Yunus ha reconocido y condenado repetidamente los ataques contra los hindúes, pero también insiste en que en muchos casos fueron motivados por la política más que por la religión.