BEIJING: La agencia de calificación Fitch dijo el miércoles (10 de abril) que había rebajado la perspectiva crediticia soberana de China a negativa, citando mayores riesgos para las finanzas públicas del país, en una medida que Beijing rápidamente calificó de «lamentable».
Los funcionarios chinos han luchado durante meses para impulsar el crecimiento económico mientras luchan contra una serie de vientos en contra, en particular una crisis prolongada del sector inmobiliario que ha alimentado los temores de un contagio más amplio.
Las autoridades han anunciado una serie de medidas específicas, así como la emisión de miles de millones de dólares en bonos soberanos, destinadas a impulsar el gasto en infraestructura y estimular el consumo, pero los analistas han dicho que es necesario hacer mucho más.
El mes pasado, Beijing fijó una meta de crecimiento del cinco por ciento para la segunda economía del mundo en 2024, un objetivo ambicioso que los líderes admitieron que sería un desafío cumplir.
Fitch dijo que su revisión de perspectivas «refleja riesgos crecientes para las perspectivas de las finanzas públicas de China» mientras el país «se enfrenta a perspectivas económicas más inciertas».
«Los amplios déficits fiscales y el aumento de la deuda pública en los últimos años han erosionado los amortiguadores fiscales desde la perspectiva de las calificaciones», advirtió la agencia.
Dijo que «es cada vez más probable que la política fiscal desempeñe un papel importante en el apoyo al crecimiento en los próximos años, lo que podría mantener la deuda en una tendencia ascendente constante».
Fitch añadió que el menor crecimiento económico proyectado «exacerba los desafíos para gestionar el alto apalancamiento en toda la economía».
El Ministerio de Finanzas de Beijing dijo inmediatamente que la decisión era «lamentable».
«A partir de los resultados, se puede ver que el sistema de indicadores de la metodología de calificación crediticia soberana de Fitch no ha logrado reflejar de manera efectiva y proactiva» los esfuerzos de Beijing para promover el crecimiento económico, dijo en un comunicado.
Beijing se ha comprometido a hacer más para impulsar el empleo y estabilizar el mercado inmobiliario, aunque un funcionario admitió el mes pasado que hacerlo seguía siendo «muy difícil».
Las empresas inmobiliarias que «necesitan ir a la quiebra deberían hacerlo, y aquellas que necesitan una reestructuración deberían ser reestructuradas», dijo el ministro de Vivienda, Ni Hong, en una conferencia de prensa al margen de una importante reunión política.
Fitch también afirmó el miércoles la calificación crediticia de China en «A+».
Dijo que la medida reflejaba la «economía grande y diversificada del país, las perspectivas de crecimiento del PIB aún sólidas en relación con sus pares, el papel integral en el comercio mundial de bienes, las finanzas externas sólidas y el estatus de moneda de reserva del yuan».
Pero añadió que «estas fortalezas se equilibran con un alto apalancamiento en toda la economía, crecientes desafíos fiscales y puntajes de ingreso per cápita y gobernanza por debajo de los de sus pares de categoría ‘A'».