Su inteligencia había rastreado durante mucho tiempo a Hassan Nasrallah y recientemente se enteró de que planeaba mudarse, lo que habría cerrado la ventana de oportunidad, según un alto funcionario que pidió no ser identificado porque discute asuntos confidenciales. El primer ministro Benjamín Netanyahu dio la orden el viernes desde su habitación de hotel en Nueva York, justo antes de pronunciar un encendido discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en el que rechazó una iniciativa respaldada por Estados Unidos para lograr un alto el fuego en el Líbano.
Después de una semana de llamamientos de los líderes mundiales en la ONU para evitar el riesgo de una guerra total en el Medio Oriente, Israel parece estar haciendo todo lo contrario: sus aviones de guerra están demoliendo lo que Irán y Hezbollah habían establecido durante mucho tiempo como líneas rojas.
Aun así, a juzgar por la primera reacción del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, Irán no tiene prisa por intensificar la situación. El presidente Masoud Pezeshkian tampoco llegó a prometer un ataque directo e inmediato contra Israel, y en su debut internacional en la ONU dio un tono relativamente comedido.