Se espera que las pérdidas financieras de la nave accidentada, también conocida como ChinaSat 6C, alcancen los 260 millones de yuanes (36,4 millones de dólares), casi el 30 por ciento de las ganancias netas de la compañía en 2022, según el comunicado.
La compañía dijo que inició el proceso de seguro con su principal asegurador. Mientras tanto, el satélite funciona en su modo de trabajo normal.
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El satélite de cinco toneladas ha estado transmitiendo señales de radio y televisión a China y otras regiones -incluido el Sudeste Asiático, Australia y el Pacífico Sur- desde su lanzamiento en 2019.
Las autoridades espaciales chinas en ese momento dijeron que el satélite era “responsable de garantizar la seguridad de las transmisiones de información por radio y televisión” y “es de importancia para China”.
Actualmente, es principalmente un respaldo para los satélites ChinaSat 6B y ChinaSat 6D y su situación no tendrá un impacto adverso importante en las operaciones comerciales de la compañía, según el comunicado.
El Zhongxing 6C utiliza la plataforma satelital Dongfanghong-4 (DFH-4), que transporta más de tres toneladas de propulsor químico para el mantenimiento de la posición orbital y el control de actitud durante su vida útil diseñada de 15 años.
DFH-4 fue desarrollado por la Academia China de Tecnología Espacial a principios de la década de 2000 como una plataforma de alta capacidad de uso general para seguimiento y retransmisión de datos, así como para otros usos además de transmisiones de radio y televisión.
La plataforma, que admite transpondedores de banda C, Ku, Ka y L, tiene un módulo de propulsión, módulos de servicio y paneles solares, lo que le otorga una masa de despegue de 5,2 toneladas. Su capacidad de carga útil de 600 kg (1323 lb) proporciona hasta 8 kilovatios de potencia.
Estas capacidades, que sitúan al DFH-4 en la misma clase que el A2100AX de Lockheed Martin y otras plataformas satelitales importantes en Estados Unidos y Europa, han atraído a clientes internacionales de países como Nigeria, Venezuela, Pakistán y Bielorrusia.
DFH-4 ha sido utilizado por más de dos docenas de satélites en las últimas dos décadas, todos con un rendimiento estable, después de fallas iniciales en 2006 y 2008, cuando las dos primeras naves lanzadas no lograron desplegar paneles solares una vez en órbita.
En 2017, otro satélite de comunicaciones montado en la plataforma DFH-4, el ChinaSat-9A, quedó varado a medio camino de su órbita designada debido a una anomalía en un cohete. Dos semanas después, el satélite utilizó más de la mitad de su propulsor para alcanzar la órbita correcta, reduciendo su vida operativa a cuatro años.