La presa de Kiev no corre peligro de romperse tras el reciente ataque ruso en la región de Kiev, afirmó el 28 de agosto Ihor Syrota, director de la compañía hidroeléctrica estatal Ukrhydroenergo.
El 26 de agosto, Rusia lanzó su mayor ataque contra Ucrania desde el inicio de la invasión a gran escala, y atacó la central hidroeléctrica de Kiev, que se encuentra junto a la presa de Kiev. Las autoridades indicaron entonces que la instalación no sufrió «daños graves».
«Actualmente no hay peligro de rotura o inundación de la presa de Kiev», afirmó Syrota en la televisión nacional. La presa de Kiev está construida sobre el río Dniéper, justo al norte de la capital de Ucrania.
El funcionario agregó que la remoción de escombros de la planta está en curso y que por el momento es imposible evaluar las consecuencias totales y las reparaciones necesarias. Ningún empleado resultó herido, ya que el personal siguió estrictamente los protocolos de seguridad y se escondió en refugios, señaló el director.
«Hasta el día de hoy, lamentablemente, no hay ninguna central (de Ukrhydroenergo) que no haya sido atacada por Rusia», afirmó Syrota.
La central hidroeléctrica ocupada de Kakhovka y la presa adyacente en el óblast de Jersón fueron voladas desde dentro por fuerzas rusas en junio de 2023, y las inundaciones resultantes provocaron daños económicos y ambientales devastadores en el sur de Ucrania.
De Zaporizhia Central hidroeléctrica de Dnipro fue alcanzado y gravemente dañado durante una masiva campaña aérea rusa contra la infraestructura energética en marzo de 2024, aunque la presa en sí no fue violada.
Según Syrota, actualmente Kakhovka está «completamente perdida» para Ucrania, mientras que la estación de Dnipro «prácticamente no funciona» a día de hoy.
Ukrhydroenergo está haciendo todo lo posible para restaurar su infraestructura, pero es difícil hacer predicciones a largo plazo a la luz de los continuos ataques de Rusia, añadió el director.
Rusia ha recurrido repetidamente a ataques masivos contra la red energética de Ucrania para quebrar la capacidad y la determinación del país de luchar contra la invasión, primero durante el período otoño-invierno de 2022-2023 y luego nuevamente en la primavera de 2024.
Después de una relativa calma durante el verano que le dio a Ucrania la oportunidad de restaurar parte de su capacidad, Rusia lanzó nuevos ataques en los últimos días, lo que volvió a obligar a imponer restricciones al consumo de energía.