En su discurso inaugural, Trump restó importancia a su postura sobre China y otras cuestiones de política exterior, prefiriendo enfatizar las prioridades internas y su visión de una “edad de oro” para Estados Unidos.
Prometió “reformar” el sistema comercial estadounidense para proteger a los trabajadores y familias estadounidenses y hizo una advertencia general sobre los aranceles.
China solo recibió una mención en el discurso de Trump: sugerir que las operaciones chinas en el Canal de Panamá constituían un grado de propiedad de la vía navegable centroamericana.
Sin embargo, los expertos dijeron que los compromisos de Trump de enviar astronautas a Marte y construir el ejército más formidable del mundo probablemente perpetúen la actual rivalidad con China.
«Perseguiremos nuestro destino manifiesto hacia las estrellas, lanzando astronautas estadounidenses para plantar las barras y estrellas en el planeta Marte», dijo Trump.
“Al igual que en 2017, volveremos a construir el ejército más fuerte que el mundo haya visto jamás. Mediremos nuestro éxito no sólo por las batallas que ganemos, sino también por las guerras que pongamos fin, y quizás lo más importante, por las guerras en las que nunca nos involucramos”.