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SEUL, 11 de febrero (Yonhap)-Corea del Norte denunció el martes la reciente llegada de un submarino de funcionamiento nuclear de los Estados Unidos en Corea del Sur, acusando a Washington de ignorar las preocupaciones de seguridad de Pyongyang y advertir que está listo para usar cualquier medio para defender sus nacionales seguridad.
El Ministerio de Defensa de Corea del Norte hizo los comentarios un día después de que el USS Alexandria, un submarino de ataque de la clase de Los Ángeles, llegó a la base naval de Busan, a unos 320 kilómetros al sureste de Seúl, para reponer los suministros y permitir que los miembros de la tripulación descansen.
En un comunicado, un portavoz del Ministerio de Defensa del Norte calificó la llegada del submarino una expresión clara de la «histeria invariable de los Estados Unidos para la confrontación» con Corea del Norte y una «amenaza innegable» para su entorno de seguridad.
«Estados Unidos ignora abiertamente las preocupaciones de seguridad» de Corea del Norte, dijo el portavoz, expresando «preocupaciones graves» y advirtiendo a los Estados Unidos que detengan las provocaciones que provocan inestabilidad.
«Nuestras fuerzas armadas están observando estrictamente la apariencia frecuente de los medios estratégicos de EE. UU. En la península coreana y están listas para usar cualquier medio para defender la seguridad y los intereses del estado y la paz regional», dijo el comunicado.
El portavoz también señaló que las fuerzas armadas del país «hará actos de disuadir los factores que amenazan el entorno de seguridad regional y ejercerán sin duda el derecho legítimo de castigar a los provocadores».
El submarino con motor nuclear, USS Alexandria, literas en la Base Naval de Busan el 10 de febrero de 2025. (Yonhap)
La declaración del martes marca la última salva de Corea del Norte contra el despliegue de activos estratégicos de los Estados Unidos en la península coreana.
El domingo, Corea del Norte criticó los recientes ejercicios militares conjuntos de Corea del Sur que involucraron al estratégico bombardero B-1B de los Estados Unidos, acusándolos de tensiones crecientes y advertir que conducirían a «resultados no deseados».
La medida también fue vista como parcialmente dirigida a aumentar las tensiones para probar la recién inaugurada administración de Donald Trump, que ha expresado su intención de volver a participar con Pyongyang.
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