Los campos fueron cerrados en protesta por el secuestro del ex ministro de finanzas Faraj Bumatari.
Un día después de que se cerraran tres yacimientos petrolíferos libios en protesta por el secuestro de un exministro de Finanzas, el Ministerio del Petróleo ha dicho que los cierres podrían dar lugar a una declaración de fuerza mayor.
Una declaración del ministerio a última hora del viernes pidió a todas las partes que no permitan que sus disputas afecten la producción y las exportaciones de energía.
Dichos cierres podrían afectar gravemente al sector petrolero vital del país del norte de África, incluida la comercialización y la demanda, y socavar los esfuerzos del ministerio para estabilizar la producción de crudo, dijo el ministerio.
Faraj Bumatari, exministro de finanzas, fue secuestrado después de llegar al aeropuerto de Mitiga el martes, y la producción en los campos petroleros de al-Fil, 108 y Sharara se cerró dos días después en protesta, según el líder de la tribu Zawi Al-Senussi al- Ahlaiq.
Al-Ahlaiq dijo que el cierre de al-Fil se llevó a cabo para presionar a las autoridades de Trípoli para que liberaran a Bumatari.
“Nuestra principal demanda es la liberación del ministro”, dijo el líder tribal, quien habló por teléfono desde la ciudad oriental de Benghazi el viernes.
Bumatari es candidato a gobernador del banco central, lo que “lo hace vulnerable al peligro y al secuestro”, dijo la tribu en un comunicado.
El campo de Sharara es una de las mayores áreas de producción de Libia, con una capacidad de 300.000 barriles por día. Ha sido un blanco frecuente de conflictos políticos.
Desde 2011, Libia ha estado asediada por un conflicto civil, dividida por dos gobiernos rivales, cada uno respaldado por varios actores internacionales y milicias armadas en el país. La Cámara de Representantes tiene su sede en la ciudad oriental de Tobruk, mientras que su cámara rival y el primer ministro Abdul Hamad Dbeibah tienen su sede en la capital de Trípoli.
La Cámara de Representantes acusó el jueves a la Agencia de Seguridad Interna del país de secuestrar a Bumatari y dijo que responsabilizaba a Dbeibah, un aliado del jefe de la agencia de seguridad, por su seguridad.
La Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia también expresó su preocupación por el secuestro y el cierre de campos petroleros, instando a que el cierre deje de persistir.
Los yacimientos petrolíferos de Libia han sido objeto de protestas políticas a lo largo de los años desde que la guerra civil azotó al país tras la destitución del exlíder Muammar Gaddafi en 2011, respaldada por la OTAN.
El incidente se produce cuando los gobiernos rivales buscan celebrar posibles elecciones unificadoras mientras las Naciones Unidas continúan instando a poner fin al estancamiento político del país.