Durante años, los observadores y formuladores de políticas en Washington asumieron Tensiones entre Estados Unidos y China será el factor definitorio en los asuntos globales, a medida que el poder estadounidense decaiga y sea reemplazado por la influencia china en todo el mundo. En 2024, se demostró que estaban equivocados.
Cuando el presidente estadounidense Joe Biden asumió el cargo en 2021, su administración presentó a China como un competidor estratégico y económico fundamental. Gran parte de la política exterior de Biden, especialmente en Asia, se basó en una estrategia de aislar a Beijing y contrarrestar su influencia a través de una red de alianzas.
Biden continuó el guerra comercial heredó de su predecesor, Donald Trump, y también alentó a las empresas estadounidenses a transferir sus operaciones en China a países más estrechamente alineados con Estados Unidos.
Estas políticas tuvieron un marcado efecto en las relaciones económicas entre Estados Unidos y China en los últimos años. Según datos oficiales del gobierno estadounidense, el comercio bilateral ha caído constantemente, de casi 700 mil millones de dólares en 2022 a menos de 500 mil millones de dólares durante los primeros 10 meses de 2024.
Sin embargo, después de las tensiones en la primera mitad del mandato de Biden durante Taiwán y un presunto globo de vigilancia chinolas relaciones entre Estados Unidos y China se han convertido en gran medida en una historia secundaria en los asuntos internacionales. Si bien las tensiones entre Estados Unidos y China cobran gran importancia, rara vez han impulsado o definido acontecimientos importantes en los últimos años.
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