Siempre ha sido un desafío conocer la situación de los ingresos y la riqueza en China debido al complicado panorama social y económico del país. Pero hay cada vez más indicios de que los salarios se han estancado en todo el país, o incluso han comenzado a disminuir en ciertos sectores, lo que amenaza los esfuerzos de Beijing por impulsar el gasto de los consumidores.
Es cierto que las cifras de ingresos publicadas por el gobierno chino todavía pintan un panorama optimista.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas, el ingreso disponible per cápita de China en el primer semestre de 2024 aumentó un 5,4 por ciento respecto del año anterior, hasta 20.773 yuanes (unos 3.000 dólares estadounidenses). El crecimiento del ingreso estuvo a la par con la tasa de crecimiento económico nominal del país y muy por encima de la inflación al consumo, lo que demuestra que el nivel de vida y el poder adquisitivo de la población siguen mejorando.
Sin embargo, las anécdotas sobre el terreno y otros datos oficiales muestran un panorama diferente. El Ministerio de Finanzas chino, por ejemplo, publicó datos que muestran que los ingresos por impuestos a la renta personal en el primer semestre cayeron un 5,7 por ciento en comparación con el año anterior. Como China no había implementado ningún recorte de impuestos a la renta, la caída de los ingresos fiscales reflejó directamente una reducción de los ingresos de los asalariados del país.