A la edad de 17 años, Aristóteles fue a estudiar a la Academia de Platón, donde pasó 20 años y finalmente desarrolló su propio sistema de conocimiento. Claramente consideraba el conocimiento como un fin en sí mismo. Poder dedicar décadas al estudio es maravilloso para alguien que sólo quiere aprender, pero la mayoría de los jóvenes de 17 años de hoy simplemente no pueden darse ese lujo.
La educación, especialmente la educación postsecundaria, se ha convertido en un gran negocio y ahora se considera una inversión. Los estudiantes enfrentan una feroz competencia para ingresar a instituciones prestigiosas que son vistas como una puerta de entrada a un trabajo bien remunerado. Y hay muchos expertos de la industria, como consultores educativos, listos para ayudarlos a tener éxito.
Las universidades también tienen que atraer candidatos y varias clasificaciones les ayudan a diferenciarse. El Wall Street Journal, sin rodeos, tiene una clasificación de las mejores universidades estadounidenses que enriquecen a los recién graduados.
En comparación con las cinco de Hong Kong, Estados Unidos tiene 55 universidades entre las 200 mejores, mientras que Gran Bretaña tiene 25 y Alemania 20.