Una protesta por la escasez de agua en la ciudad de Welkite, en el sur de Etiopía, se volvió mortal cuando, según testigos, las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra los manifestantes y mataron al menos a dos personas.
La protesta comenzó la madrugada del jueves por un grupo de ancianas que sostenían bidones para transportar agua y, según un testigo, aumentó gradualmente a miles de personas.
Adane Kifle, una residente de Welkite que estuvo en la protesta, dijo a la VOA el viernes que las fuerzas de seguridad comenzaron a decirle a la gente que se sentara después de hablar con algunos manifestantes.
“Cuando nos sentamos, realmente no podíamos entender lo que se decía y no compartían ninguna información con nosotros. Es en esta situación, como yo estaba en el frente, que nos lanzaron gases lacrimógenos”, dijo Adane. “Tratamos de salvarnos y la gente comenzó a tirar piedras. Después de eso comenzaron a disparar. Después de eso, la gente se dispersó en diferentes direcciones”.
El Dr. Behailu Dego, cirujano del Hospital de referencia de la Universidad de Welkite, dijo que dos manifestantes recibieron disparos y murieron al llegar al hospital.
“Todas las lesiones fueron por impactos de bala. Lo triste es que no tenemos bancos de sangre en el área”, dijo Dego. “Había otras 4 o 5 personas que tenían heridas de bala en los brazos y las piernas”.
En un informe del viernes, la Comisión de Derechos Humanos de Etiopía calculó el número de muertos en tres y dijo que al menos 30 personas sufrieron heridas debido a heridas de bala.
Las autoridades en el área dicen que la violencia fue provocada por manifestantes que arrojaron piedras al edificio de la oficina local de agua y bloquearon caminos, según el informe.
Welkite, una ciudad de unos 70.000 habitantes y la capital de la zona de Gurage, se ha visto afectada por la escasez de agua durante meses en medio de la sequía en curso en el Cuerno de África.
Un residente dijo que había un proyecto de perforación de agua que las autoridades locales prometieron resolvería el problema. Pero nada salió de eso.
Las llamadas al alcalde de Welkite, así como al jefe de paz y seguridad de la zona, quedaron sin respuesta.