ES, PREOCUPACIONES POR EL TRÁFICO DE DROGAS
Altos funcionarios rusos, incluido Putin, han expresado una serie de otras preocupaciones relacionadas con la seguridad desde que los talibanes tomaron el control de Afganistán y las tropas extranjeras se retiraron después de casi 20 años.
El presidente ruso advirtió la semana pasada que unos 2.000 combatientes leales al Estado Islámico habían convergido en el norte de Afganistán, y agregó que sus líderes planeaban enviarlos a los países vecinos de Asia central disfrazados de refugiados.
Después de la toma de posesión de los talibanes, Rusia realizó ejercicios militares junto con los países exsoviéticos vecinos de Afganistán.
Lavrov también advirtió que el tráfico de drogas desde Afganistán había alcanzado niveles «sin precedentes», una preocupación que desde entonces se hizo eco del Kremlin durante las reuniones con otros países de Asia Central y China.
A pesar de llegar a los talibanes, los funcionarios rusos, incluido Putin, han dejado en claro en las últimas semanas que Moscú no se está moviendo hacia el reconocimiento formal del régimen islamista.
«El reconocimiento oficial no se está discutiendo y eso se ha manifestado públicamente», dijo Lavrov, pero señaló que Rusia, al igual que otros países de la región, mantiene contacto con el grupo.
En la década de 1980, Moscú libró una desastrosa guerra de una década en Afganistán que mató a 2 millones de afganos, obligó a 7 millones más a abandonar sus hogares y provocó la muerte de más de 14.000 soldados soviéticos.