La senadora independiente y activista indígena Lidia Thorpe gritó que no aceptaba la soberanía del rey sobre Australia momentos después de que éste pronunciara un discurso en el que presentaba sus “respetos a los propietarios tradicionales de las tierras”.
Tanto el gobernante Partido Laborista como la coalición opositora apoyaron la moción de censura, que no tendrá consecuencias legales o constitucionales y sólo es considerada como una medida simbólica por los legisladores cuando no están de acuerdo con la conducta de un miembro.
La protesta de Thorpe fue perturbadora y no respetó las instituciones democráticas, decía la moción. El monarca británico es el jefe de estado de Australia.
Thorpe, una mujer DjabWurrung Gunnai Gunditjmara, calificó de “hipócritas” a los miembros que apoyaron la moción y dijo que el proceso de censura era una estratagema para desviar la atención de los problemas reales que afectan a Australia.
“Lo haré de nuevo y lo haré siempre”, gritó Thorpe en el parlamento cuando Simon Birmingham, líder de la oposición en el Senado, hacía sus comentarios sobre la moción.