El presidente electo Donald Trump ha expresado interés en visitar China poco después de asumir el cargo, potencialmente dentro de sus primeros 100 días, dijeron fuentes familiarizadas con el asunto al Wall Street Journal.
Este viaje potencial tendría como objetivo estabilizar las relaciones con Beijing, tensa por la promesa de Trump de imponer fuertes aranceles a las importaciones chinas. Si bien el equipo de transición de Trump no ha hecho comentarios, los asesores también han discutido la posibilidad de invitar al presidente chino Xi Jinping a Estados Unidos para iniciar el diálogo sobre temas críticos.
Una posible reunión con Xi podría producirse en un momento crucial para las relaciones entre Estados Unidos y China, mientras ambos líderes enfrentan difíciles desafíos económicos y geopolíticos, incluida la guerra en Ucrania, las disputas comerciales y el estatus de Taiwán.
Trump y Xi hablaron por teléfono el 17 de enero por primera vez desde las elecciones de noviembre, abordando diversos temas, incluido el comercio, la crisis del fentanilo y la plataforma de redes sociales TikTok. Trump compartió su optimismo sobre su colaboración y compartió en las redes sociales que espera que las dos naciones «resolverán muchos problemas juntos, comenzando de inmediato».
Durante la conversación, sin embargo, Xi subrayó la importancia de manejar a Taiwán con prudencia, enfatizando su importancia para la soberanía de China, según el Wall Street Journal.
El relato oficial de Beijing sobre la llamada destacó los planes para establecer un canal de comunicación estratégico entre los dos líderes. Según se informa, Trump transmitió su deseo de reunirse con Xi en persona, aunque no está claro si se discutió explícitamente una posible visita a China. Xi rechazó una invitación a la toma de posesión de Trump y optó por enviar al vicepresidente Han Zheng, una figura considerada pragmática en Washington y una señal de la apertura de Beijing a futuras negociaciones.
El papel de China en la guerra de Rusia contra Ucrania ocupa un lugar preponderante en la dinámica más amplia entre Estados Unidos y China. Beijing ha brindado apoyo indirecto a Moscú, lo que generó críticas de los legisladores estadounidenses. Si bien Trump no hizo referencia a la guerra en sus comentarios posteriores a la llamada, sugirió su deseo de trabajar con Xi para promover la estabilidad global, diciendo: «¡El presidente Xi y yo haremos todo lo posible para hacer que el mundo sea más pacífico y seguro!».
Olena Goncharova
Responsable de la oficina de Norteamérica