El tribunal más alto de Francia rechazó el martes una petición del fabricante de cemento francés Lafarge para retirar los cargos de complicidad en crímenes contra la humanidad.
El veredicto estaba vinculado a una investigación sobre sus operaciones en Siria, tras el estallido de la guerra en 2011.
La decisión, que confirma un fallo anterior de un tribunal inferior, no constituye una sentencia de culpabilidad. Este veredicto procesal permite que continúe la investigación exhaustiva sobre la posible responsabilidad penal de la empresa, en particular en lo que respecta a los importantes cargos de crímenes contra la humanidad.
La empresa logró una victoria limitada cuando el tribunal desestimó los cargos relacionados con poner en peligro las vidas de sus empleados en Siria.
En un comunicado, Lafarge se refirió a la decisión como una «cuestión de legado» que está gestionando a través de procedimientos legales en Francia, pero no ofreció ningún comentario adicional.
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Según Reuters, el cronograma para concluir la investigación sigue siendo incierto y aún está por determinar si los fiscales finalmente optarán por llevar el caso a juicio para obtener un veredicto sobre la esencia de las acusaciones.
Acusación de «crímenes contra la humanidad»
En junio de 2018, Lafarge fue acusado de complicidad en crímenes contra la humanidad y de financiar una organización terrorista por pagos que realizó a grupos militantes en Siria.
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Sin embargo, un tribunal de apelaciones desestimó los cargos de crímenes contra la humanidad en noviembre de 2019, después de encontrar que cuatro organizaciones de derechos humanos (Sherpa, el Centro Europeo de Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR), Chredo y Life for Paris) no podían actuar como demandantes en el caso. .
Sherpa y ECCHR apelaron al Tribunal de Casación para que se restablecieran los cargos de «complicidad en crímenes contra la humanidad».
El gigante del cemento está acusado de pagar a grupos armados, incluido el grupo Estado Islámico (EI), millones de dólares a través de intermediarios en un esfuerzo por mantener abierta su fábrica en Jalabiya, Siria. También se sospecha que vendió cemento de la fábrica al EI.
La empresa también fue acusada de poner en peligro a sus empleados en Jalabiya, que se encuentra entre Manbij y Raqqa, en el norte de Siria.
Lafarge ha negado repetidamente su responsabilidad por los pagos realizados a grupos militantes en Siria.
En julio de 2021, un informe de prensa que citaba un documento gubernamental confidencial reveló que los funcionarios de inteligencia franceses estaban al tanto de un acuerdo entre el fabricante de cemento Lafarge y el EI.
El informe, publicado por el diario francés Liberacióndemostró que el Estado «conocía perfectamente las condiciones en las que Lafarge mantenía su actividad en Siria, en un territorio parcialmente ocupado por el Estado Islámico».
«Es un documento que no deja lugar a dudas», afirmó el periódico.