Entre una gran cantidad de conversaciones sobre cómo evitar, percibir y manejar el estrés, una de las discusiones que creo que se descuida es cómo recuperarse eficazmente de él.
De los numerosos pensamientos que tenemos en un día, varios contribuyen al estrés, haciendo que nuestro interior experimente con frecuencia el estrés o la respuesta de alarma. Esto conduce a la activación del sistema nervioso simpático, hormonas del estrés, reacciones de huida, lucha o congelación y muchas otras consecuencias del estrés. Esto es natural, normal y universal para todos los humanos, dado que este ha sido el secreto de nuestra supervivencia. Si bien es posible que podamos prevenir algo de estrés a través del manejo de la percepción y el trabajo cognitivo, algo de estrés se las arregla sigilosamente para salir adelante. En nuestra acelerada vida actual, el estrés recurrente se ha convertido en parte de nuestra realidad diaria, exponiéndonos así al estrés crónico y sus manifestaciones. Diariamente, es importante para nosotros invertir en la desintoxicación del estrés o la recuperación diaria para ayudar a nuestro cuerpo, mente y alma a mantenerse saludables. Hay cuatro pilares que mantienen unida esta recuperación.
Identificar
El primer paso en el proceso es poder observar, sentir y tomar conciencia de que ha habido algo de tensión, estrés o malestar. Para la recuperación diaria, es importante que desarrollemos una idea de nuestra retroalimentación cuerpo-mente que nos haga conscientes de que tenemos o estamos experimentando estrés. La negación o la ceguera ante este hecho puede causar negligencia, agravar el estrés e impedir el objetivo principal de la recuperación diaria. Para algunos, puede ocurrir mientras experimentan un gran desafío y para otros, sutilmente como un pensamiento pasajero o un recuerdo; Percibir el detonante que está orientado a la experiencia del estrés requiere que prestemos atención a nuestra presencia en el momento. Cuando experimentamos una emoción difícil, una sensación corporal no deseada o una consecuencia del comportamiento como llorar, gritar o comer en exceso, sabemos que estamos estresados. Sin embargo, algunos signos son mucho más sutiles: un aumento de la frecuencia cardíaca, una sensación fugaz de soledad, dolor de cabeza o letargo deben escucharse con atención. Aceptar y despertar a la identificación del estrés y sus consecuencias nos da la oportunidad de registrarnos y comenzar el proceso de recuperación.
Salir
Alejarse del estrés a diario debe convertirse en un objetivo concreto para mantener una buena salud. Ya sea por el desencadenante, el contribuyente, la causa o la propia experiencia, debemos comenzar a afinar nuestras habilidades para poder alejarnos del estrés. Muchos de nosotros experimentamos estrés y luego nos dejamos en ese estado, echando humo o desamparados durante horas, permitiéndonos absorber varias consecuencias negativas de la exposición a largo plazo. Habiendo desarrollado la habilidad de identificación, necesitamos aprender y diseñar estrategias para dejar atrás el estrés y sus consecuencias. Ya sea que escuche su cuerpo, necesite hidratación o aire fresco, su mente piense habitualmente en algo que cause una emoción difícil o una experiencia conmovedora, soltándose, permitiendo que la experiencia nos deje, avanzando hacia el nuevo pensamiento. Por lo tanto, alejarse del estrés es una elección consciente que debe tomarse en aras de la salud y el bienestar.
Restaurar
El restablecimiento de la homeostasis es importante para la salud; Lograr un equilibrio en nuestro cuerpo, emociones y cognición ayuda al proceso de recuperación. Restaurar la calma en el cuerpo a través del ejercicio, la respiración, el descanso y el sueño, y la mente a través de la meditación, la cognición consciente y el optimismo ayuda a restablecer el equilibrio. Al asumir la responsabilidad y guiarnos en esta fase de recuperación, utilizando los métodos de cuerpo, mente y alma para lograr un estado anterior de equilibrio, restablecer la funcionalidad y renovar la salud, ayuda a rehabilitar y recupera energía y vitalidad a diario. Alcanzar un estado de relajación es una etapa importante que nos ayuda a asimilar lo sucedido, tomar nota de la causa y el daño, y los pasos que hay que seguir para recuperarnos.
Reponer
“Mantener nuestros baldes llenos mientras la vida nos sigue drenando” se ha reiterado durante años. La comprensión de que podemos llenar y reponer nuestro cuerpo, mente y alma agotados y estresados no solo implica esperanza, sino también responsabilidad. La reposición es valiosa para el bienestar de cualquier organismo vivo.
Las fuentes de recarga de recursos son subjetivas. Uno puede sentirse renovado al encontrarse con amigos y otro al encontrar un día de soledad. Algunos pueden disfrutar de una caminata extenuante en las montañas, mientras que otros pueden necesitar un día de descanso en la playa. Lo importante es estar al tanto de lo que nos funciona; sin embargo, esto no es suficiente. Otro factor a tener en cuenta es que debe haber una lista de cosas prácticas que funcionen eficazmente en el momento de necesidad. Si bien las actividades como tomarse unas vacaciones, viajar, reunirse con amigos, inscribirse en una actividad de aventura son realmente relajantes y reconfortantes para algunos, es difícil optar por ellas a diario. Cuanto más buscamos recursos externos, más lejos de nuestro alcance se vuelve. Si bien podemos retener esas actividades como reabastecedores finales o adicionales, cada uno de nosotros debe tener algunos recursos internos prácticos que podamos tener listos para que podamos recurrir. Cosas simples como respirar, meditar, bailar o hacer arte, hacer ejercicio, cocinar, limpiar o leer no dependen de la estación, la hora del día o los horarios de otras personas. Por último, un detalle prescriptivo que me gustaría agregar es que se diga a sí mismo cuando esté realizando estas actividades que el objetivo es reponer. A nuestra mente le gustan las ideas, los elementos visuales y los objetivos concretos. Cuanto mayor sea la claridad en nuestros objetivos diarios para reponer, más fácil será defendernos para lograrlo.